Tiramisú de Cerezas y Kiwi Amarillo

Hay quién dice que el Tiramisú es un postre de invierno por la naturaleza cálida de los ingredientes que lo forman, el cacao, el café o el licor del cremoso sabayón, y quizás lo sea, pero disiento con esa opinión pues para mí no existe nada más tentador en verano que un postre que se sirve bien frío, sea de la naturaleza que sea, aún estando cargado de chocolate o cacao, generalmente asociado a una reconfortante taza caliente, aunque considero es una cosa atemporal, porque ¿quién no ha disfrutado en pleno verano de una desayuno tan español como un Chocolate a la taza con Churros? Seguramente casi todos lo hemos hecho alguna vez. Y si además a todo esto, nuestro irresistible tiramisú está colmado de una generosa cantidad de cerezas, como el que os enseño hoy, en el que mi elección, de manera acertada, ha sido añadir una de las más deliciosas y deseadas por los amantes de la fruta, además del espectacular kiwi gold poniendo su exquisito punto Gourmet, suave, dulce y refrescante, la cosa adquiere un cariz completamente distinto, ¿o no es así?

No necesito decir que el Tiramisú es uno de mis postres preferidos, junto el Trifle, mi otro as en la manga, porque es más que evidente, si fuera posible en mi cualidad de sibarita, que me gusta lo sencillo y como muestra de ello, en cuanto a postres se refiere, son las diferentes variantes que encontrareis en DBM, donde las hay para todos los gustos, personalmente no sé con cuál me quedaría de todas las que tengo publicadas, porque son muy distintas unas de otras, resultando de fácil elaboración y absolutamente recomendables, las dejaré abajo enlazadas por si os apetece probarlas haciéndolas a vuestra manera.

Con este postre de aspecto irresistible, no pretendo menoscabar al Tiramisú original, que de por sí es perfecto con su licor de Amaretto y un café de calidad recién molido, para mí uno de los placeres más ricos del mundo; por otro lado, como no quiero tomar huevo crudo, por temor al riesgo de salmonela, busco alternativas al zabaione o sabayón con el que se monta la crema, que como sabréis, en el tiramisú se prepara batiendo los huevos en crudo, en lugar de cocinados al baño María, busco alternativas porque no deseo verme privada de comer un rico postrecito de vez en cuando, aunque tenga que interpretarlo a mi manera para conseguirlo, intento que sea equilibrado y compatible con mi dieta, o al menos que se adapte un poco reduciendo calorías y colesterol en la medida de lo posible, experimentando con ingredientes más ligeros, bajos en grasas y con el mínimo contenido en azúcar.

Entre los ingredientes veréis el queso Cottage, un habitual en mi cocina, además he utilizado de nuevo yogur natural desnatado y sin endulzar, otro de mis comodines, curiosamente a pesar de no llevar azúcar, ni ningún tipo de edulcorante, es el que mejor me sienta, tiene un sabor suave ligeramente ácido, característico en el yogur, pero aún así es muy parecido al de la leche, que es más bien dulzona, además de ser de fácil digestión y todos los beneficios que aporta para regenerar la flora intestinal, a mí desde luego me funciona y me va fenomenal, y aunque no suelo consumirlo a diario, por aquello de no volver a mi sistema digestivo perezoso, a días alternos o de manera aleatoria, es un indispensable en mi dieta.

Para la crema de queso, simplemente he mezclado los ingredientes en un bol, con ayuda de una cuchara, no lo he batido porque me encanta la textura del queso Cottage, esas pequeñas bolitas, son una explosión suave y muy sedosa, para el paladar, pero como es una cuestión meramente subjetiva, si no os agrada encontrar trocitos a modo de grumos en la boca, podéis batirlo con la batidora hasta conseguir una crema de textura fina, lo ideal para quedar satisfechos es hacerlo siempre al gusto.

Excepcionalmente, para preparar mi tiramisú, he utilizado una mermelada ecológica con bajo contenido en azúcar, al menos un 30 % menos que una clásica, aunque es bastante dulce ya que lleva mango en un 54%, aún así queda muy equilibrada en conjunto con el resto de ingredientes; nunca antes había visto esta mermelada en los supermercados que suelo frecuentar, es francesa y la compré en una de mis “entretenidas y fructíferas escapadas” a Costco con mis hermanas y que os he contado en más de una ocasión, pero no renunciéis a hacerlo porque penséis: 

«“Pero es que a mí no me gusta el mango”,  o “¡Maracuyá! ¿Qué me estás contando?”, o “¡Espino amarillo! ¿Eso qué es?”»

Mermelada de Mango, Maracuyá y Espino Amarillo

 

En cualquier caso siempre podríamos sustituirla por cualquier otra, ya sea casera o comercial, que las hay de muy buena calidad, y de sabores muy variados, elegid alguna que os guste, os recomendaría alguna similar, como mi especial Mermelada de Melocotón con Cardamomo e Hinojo, una delicia para hacer justo ahora que estamos en temporada, o quizás una de frambuesas, de fresas, de mora de zarza, o incluso cerezas si la conseguís, que esas sí las encontramos con facilidad, en todo caso si buscáis ideas para preparar vuestras propias mermeladas, tengo algunas publicadas de sabores muy originales como la de Membrillo y Arándanos que podría ser perfecta, otra de mis mermeladas plenamente veraniega, sobre todo si son ciruelas de nuestro huerto, es la de Ciruela con Cardamomo y Canela, lleva añadido un ligero toque especiado que aporta calidez, pero lo importante es que todo lo que hagáis sea siempre al gusto del comensal y combinando sabores que casen bien entre ellos.

En cuanto a las cerezas, como eran de un calibre extraordinario, preferí ponerlas encima, conservando su tallo quedan bonitas y la presentación es muy atractiva, pero también serví unas cuantas más en un bol para ir comiéndolas entre cucharada y cucharada, os aseguro que es un bocado exquisito, pero igualmente podíamos ponerlas dentro de la crema, trituradas, sin el hueso, por supuesto, o troceadas y mezcladas con la crema. Otra idea que me parece buena, sería disponerlas sobre las magdalenas, antes de cubrirlas con la crema. ¡Ah! Que lo he hecho con magdalenas y vosotros preferís bizcochos de soletilla o savoiardi, pues nada, hacedlo con bizcochitos, ya veis que por sugerencias para prepararlo al gusto, no me quedo corta. Lo dejo a vuestro criterio. 

«La perfección se logra no cuando no hay nada más que añadir,
sino cuando no hay nada más que quitar»
Antoine de Saint-Exupéry

Comenzamos.

INGREDIENTES

• 200 gr de Queso Cottage
• 220 ml de Yogur Natural 0% M.G.
• 7 Magdalenas de Yogur o de Leche
• 3 c/s de Mermelada Ecológica de Mango, Maracuyá y Espino Amarillo (con bajo contenido en azúcar)
• 100 ml de Café Descafeinado (tueste natural, recién molido)
• 40 ml de Brandy
• c/n de Cacao Puro en polvo 
• 1 Kiwi Amarillo
• 20 Cerezas

ELABORACIÓN

1. Hacer el café, verter en un bol, añadir el brandy y dejar enfriar.
2. En molde rectangular de plumcake, cubrir el fondo con las magdalenas.
3. Mojar las magdalenas, con ayuda de una brocha de repostero, o verter por encima el café mezclado con el brandy, para que queden bien empapadas, pero no se rompan.
4. Mezclar en un bol, el queso Cottage, el yogur y la mermelada.
5. Cubrir las magdalenas con la crema de queso.
6. Espolvorear generosamente con cacao en polvo.
7. Pelar el kiwi. Cortarlo en rodajas finas. Disponer en el centro acaballando las rodajas.
8. Disponer las cerezas en los laterales.
9. Tapar el molde con film transparente, y  enfriar en el frigorífico, al menos un par de horas, hasta el momento de servir.

Queso Cottage

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Puedes ver cómo se hace paso a paso en este Reels

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