Tiramisú de Grosella Espinosa

Hoy os enseñaré un riquísimo Tiramisú, fácil de preparar y diferente. Hace unos días, quise darme un capricho dulce, lo necesitaba sobremanera y es que últimamente lo hago con cuentagotas, pero lo disfruté tan lentamente hasta la última cucharada, que vi recompensada tanta abstinencia porque resultó de lo más delicioso. Lo preparé para tomarlo como postre en un almuerzo festivo en casa, buscando alguna alternativa a la fruta de temporada, que es por lo que suelo declinarme, pensé en algún helado o tarta de queso, pero lo descarté al ser más calóricos, en este Tiramisú a excepción de los bizcochos de soletilla que no son muy lights que digamos, aunque tan solo lleve tres por vaso, todo lo demás son ingredientes bajos en grasas, vamos a ver, qué en conjunto algunas calorías debe contar, para qué nos vamos a engañar, pero siempre que sea para comerlo ocasionalmente tampoco habrá de preocuparnos.

Encontré Grosellas Espinosas en Almíbar Ligero, en mi compra semanal en el supermercado, la ordenada disposición de los frascos llamó mi atención y no pudiendo resistirme compré uno. Nada más verlas, vino a mi mente aquel día cuando mi Pepi Preciosa compartió en Sopa de Sopa, su cocina virtual, un riquísimo pastel que me enamoró por completo en el instante que lo vi y al que desde entonces, deseaba meter mano, en sentido figurado, por estar a mi altura repostera.

Grosella Espinosa en Almíbar Ligero

La Grosella Espinosa o Uva Espina, es un fruto, en forma de baya blanca, amarilla, roja o verde, según la variedad y estado de madurez. Son de tamaño pequeño, de piel muy fina, recubiertas de una suave pelusilla en forma de vellosidad o espinas, a la que debe su nombre. Entre sus muchas propiedades, se cuentan su bajo nivel calórico (35/40 kcal./100 gr), tienen un ligero efecto laxante y diurético, contienen ácido cítrico, vitamina A y pectina, lo que la hace perfecta para preparar mermeladas y jaleas. Según su punto de acidez, algunas solo son recomendables comerlas cocinadas, dado su escaso dulzor. La grosella espinosa no crece en racimos y su tamaño es mayor que el de otras variedades. Son ideales para preparaciones dulces, como tartas y postres en general, aunque también se utilizan en la preparación de salsas para carnes y pescados, siempre que se traten con cuidado, estas pequeñas bolitas mantienen su bonito aspecto, poniendo un toque muy atractivo a todo lo que acompañen.

Aunque conocía esta variedad de grosella, nunca la había probado, no es habitual encontrar grosellas frescas por aquí, y mucho menos en conserva, a no ser que sea rondando la navidad, y por lo general suelen ser las variedades finas en pequeños racimos rojos. Casualmente las encontré en un supermercado alemán, a un precio económico, así que no lo pensé dos veces, y a mi cesta que fueron directamente a parar. El frasco llevaba unas semanas en mi despensa, y nunca veía el momento de preparar un pastel similar al de mi Pepi Preciosa, pero no llegué a hacerlo, igual no tengo remedio, y es que lo mío con la repostería va de mal en peor, entre la dieta y lo que no es la dieta, lo de encender el horno se me hace cuesta arriba, y claro, al final tiré por la vía rápida haciendo este Tiramisú al más puro estilo de uno de mis ricos Trifle, amén de evitar pasar más calor del que habíamos pasado, pues ni en sueños se me hubiera ocurrido encender el horno en pleno agosto. Pero como en esta vida, no todo iban a ser abstinencias, algún caprichito dulce tuve que darme, sin que la mala conciencia me corroyera, ya me encargué de quitármelo por otra parte. para que mi 'Pepito Grillo' particular no me mortificara ¡ja, ja, ja…!

No me compliqué en absoluto, mi creciente amor por el 'menos es más' me llevó a prepararlo, dadas las circunstancias, más como un 'aquí te pillo, aquí te mato' que otra cosa, y que se está convirtiendo en mi modus vivendi, no me importa admitirlo, pienso que en cocina no merece la pena enredarse si no es estrictamente necesario, si lo que pones en el plato está bien hecho y tiene buena presencia, el éxito en la mesa está garantizado.

Quizás me la jugaba un poco, ya que combiné ingredientes que no sabía de antemano cómo se comportarían al utilizarlos de manera inusual, como el requesón, ni siquiera sabía si el combinado final, en cuanto a sabores sería acertado, pero contaba que con ingredientes de primera es difícil no acertar, y lo hice, como os imaginaréis el postre fue un éxito total, tanto es así, que me pidieron volverlo a repetir, si es que consigo de nuevo estas grosellas o si no como a falta de pan, buenas son tortas, pondré a funcionar mi cabecita pensante a ver qué sale.

Esta versión de Tiramisú es perfecta para quienes no son amantes del café, sé que muchos adoran su aroma, pero no soportan su sabor y mucho menos en postres, además para los que no conciben un postre sin chocolate, este lo lleva y de la mejor calidad. A pesar de estar elaborado sin huevo, sin mascarpone, sin café, sin Amaretto, ese delicioso toque de cacao lo hace impresionante. ¡Madre mía, qué bueno estaba! Os aseguro que si después de tan opíparo almuerzo, me hubiese cabido un bocado más, no me habría importado repetir postre sin remordimientos de conciencia; incluso a pesar de que para una #coffeelover empedernida como yo, un Tiramisú que no sepa a café puede ser inconcebible, no lo eché en falta gracias al exquisito toque de cacao puro espolvoreado por encima, lo compensa de sobra y del cual, la próxima vez, no me importará abusar un poquito más entre capa y capa, sin lugar a duda le irá fenomenal. Mi idea era conseguir el riquísimo sabor de un auténtico Tiramisú en esencia, y lo conseguí, una vez frío y bien reposado cobró una dimensión que no era de este mundo, resultó un postre increíblemente delicioso que nos hizo rozar el cielo, sin movernos de la silla.

En conclusión, mi Tiramisú de Grosella Espinosa es un postre a tener en cuenta a la hora de pensar en preparar un menú especial, donde queramos sorprender a nuestros comensales, de manera ligeramente dulce, sin excesos, con delicadeza. Y es que lo tiene todo, es suave, sabroso, elegante, espectacular, perfecto como colofón a una buena mesa, de las que son difíciles de olvidar por el estado de bienestar y satisfacción con que nos dejan. Comenzamos. 

INGREDIENTES 

• 350 gr de Grosellas Espinosa (en almíbar ligero)
• 250 gr de Requesón Artesanal 0% M.G.
• 125 ml de Yogur Natural 0% M.G., sin azúcar
• 2 c/p de Confitura de Arándano Salvaje
• 300 gr (24 unidades) de Bizcochos de Soletilla 
• c/n de Cacao Puro, en polvo 

Bizcochos de soletilla

ELABORACIÓN

1. Escurrir las grosellas, reservando el almíbar en un bol aparte.
2. Poner en un cuenco, el requesón, desmenuzarlo con un tenedor.
3. Batir con una cucharilla, el yogur y añadirlo al requesón.
4. Añadir la confitura de arándanos.
5. Mezclar con una cuchara, hasta conseguir una crema homogénea, si deseamos que tenga una textura más fina y sin grumos, batir suavemente con la batidora de brazo.
6. Bañar ligeramente, en el almíbar de las grosellas, los bizcochos de soletilla, troceados si lo montamos en vasos o enteros si utilizamos un recipiente mayor, cubriendo toda la base.
7. Cubrir los bizcochos, utilizando una cuchara, con un poco de crema de requesón.
8. Cubrir con una capa de grosellas.
9. Repetir el proceso, bizcochos, crema, grosellas, hasta formar tres capas.
10. Espolvorear generosamente, con ayuda de un colador fino, la última capa de crema, con cacao en polvo.
11. Decorar con unas grosellas, al gusto.
12. Cubrir con film y enfriar en el frigorífico antes de servir, para que la crema espese y el tiramisú adquiera consistencia.

Paso a paso en imágenes, para montar en vaso

Paso a paso en imágenes, para montar en fuentes para compartir

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