Frittata di Spaghetti con Chorizo


Iniciamos temporada aunando, en un mismo plato, tres comidas que me hacen perder el sentío, tomate, pasta y huevos, puestos a elegir, me resultaría complicado decidir qué antepondría a todo lo demás, pues siendo de buen saque en las cosas del comer, pocas son las que no me gustan, pero si hay algo que prima, sería un buen plato de pasta, aunque me sería igualmente difícil decantarme si también hubiera en la mesa una tortilla de papas, porque entonces sí que me lanzaría directa a ella, lo mismo diría si es un plato de Tomate Frito hecho en casa, y más siendo de los cultivados en el huerto de mi padre, me da igual si son Rojos o Amarillos, pues acompañados de un buen bollo, la felicidad que me invade, al sentarme a comer, es infinita; pienso en los macarrones de mi madre, y no puedo evitar suspirar de anhelo, porque ni siquiera yo los cocino tan ricos como los hacía ella, bueno, en realidad ya nada sabe como lo de antes, aún utilizando los mejores ingredientes, que por mucha calidad que tengan, es difícil conseguir ese sabor que todos tenemos grabado a ‘jierro’ en nuestra memoria gustativa.

A mí es que me gusta todo, para que nos vamos a engañar, pero es que cuando pienso en comidita rica, es inevitable relamerme, incluso sin tenerlo por delante, con un buen plato de fideos con tomate, de patatas con huevos cuajado o de papas con tomate, que me hacen regresar a la cocina de nuestra casa, la de mi madre, la de cuando yo era chica, ¡Ayomá! Cuánto la echo de menos, recuerdo con nostalgia sus guisos, sus comidas y los deliciosos aromas que emanaban de sus cazuelas y pucheros, y se me hace la boca agua, por no decir si a esas papas con tomate le añadimos otra de las cosas que me hacen levitar de placerunas ternísimas y suculentas albóndigas ‘mignone’ recién cocinadas, o ¿porqué no disfrutar de un buen par de huevos fritos como Dios manda? Y ya ni os cuento cómo me pongo si lo que tengo ante mis ojos es una tortilla de patatas con hierbabuena y perejil, como las que cocinaba mi tía María, porque entonces si que será un ¡Apaga y vámonos! Como para morirse del gusto, ¡ja, ja, ja,…! Y es que son como un ideario que pasara por mi mente en constante movimiento, urdiendo cositas en un arquetipo gastronómico, para desarrollarlas poco a poco hasta llevarnos a todos, los que nos sentamos a mi mesa, a perder el ‘sentío’.

Spaghetti con Chorizo

No sé si os gustará el invento, yo creo que si porque a ver quién se resiste a tremendo bocado, y por cierto que nadie piense que me estoy atribuyendo un mérito inmerecido, porque este plato no ha sido creación mía, es decir, nuevamente no he sido yo quien lo ha tramado, sino que fue hace infinidad de años, en la cocina tradicional casera italiana donde surgió, pero os puedo asegurar que no me ha importado para nada no ser yo la primera en hacerlo, porque al cocinar este tres en uno, para mi irresistible, donde se juntan cosas tan deliciosas en un mismo plato, como la salsa de tomate, la pasta y la tortilla, he logrado probar al fin una riquísima Frittata, que he sentido tan mía, que no he podido contener la necesidad de enseñárosla al instante. El caso es que se me ocurrió barajando qué hacer para almorzar con lo que tenía en la despensa, cuando opté por hacer unos spaghetti con chorizo al modo de los macarrones que cocinaba mi madre, con su toquecito canalla incluido, lo suelo poner siempre que cocino este tipo de platos de pasta, porque una cayena pequeñita le da vida al plato, y es que me gusta tanto el suave saborcito picante que aporta, que no puedo evitarlo; cada vez que cocino para mi padre también lo hago, él lo adora tanto como yo, o yo como él, porque he heredado por su parte esta pasión por lo picantito, y por petición expresa suya, que no nos falte nunca.


Como os decía, fue justo al comenzar a sacar ingredientes para disponer la mise en place, cuando se me encendió la bombilla en esta cabecita pensante mía, que Dios me dio, que no da puntada sin hilo, recordando que hacía tiempo que deseaba preparar este clásico de la Cucina Italiana, y que yo, paradójicamente, siendo como soy, amante incondicional de la pasta y de la tortilla, nunca antes había cocinado para comer en un mismo plato. Y en cuestión de segundos me decidí a hacerlo, normalmente cuando cocino la pasta, pongo el peso justo para cada plato, entre 50 g y 100 g por comensal, según receta, así que en esta ocasión a propósito, añadí un puñado extra de spaghetti para que saliera un plato de más, satisfaciendo mi gula doblemente, por un lado la de #pastalover consumada, y por otro, incrementando #lacolecciónmásricadelmundo con la (72ª) septuagésima segunda contribución por mi parte, e iniciando a la vez temporada en El Club de la Tortilla Perfecta, confieso que, siendo una de mis pasiones desmesuradas, últimamente me prodigo poco en ello, y aunque proyecté ser la primera en compartir tortilla para El Club este año, no he sido yo, enero está siendo bastante fructuoso, ya que mis queridas socias Isabel R. | Cakes para ti y Marisa G. | Thermofan se han anticipado, con dos magníficas tortillas perfectas, por lo que estoy muy, pero que muy contenta.

Mamma mia! ¡Bendita sea la hora del invento! Pedazo de idea tuvieron “le mamme e le nonne italiane” en su momento para aprovechar esos platos de pasta difíciles de recalentar sin que queden secos, bueno, en el caso que sobre alguno, pues no sé yo si eso es lo habitual en vuestras casas, os aseguro que en nuestra casa no sobra nunca ni un fideo. Y no me arrepiento de haberlo copiado, pues cuando tomé la decisión de hacerla ex profeso, casi me volví loca de placer comiendo, ¡Ayomá! Cuánto me ha gustado esta Frittata y todas las que sé que voy a cocinar de ahora en adelante. 
Comenzamos.


INGREDIENTES
  • 1 plato de Spaghetti con Chorizo (780 g / peso neto)
  • 6 Huevos ecológicos, de nuestras gallinas felices
  • 2 c/s de Aceite de Oliva Virgen Extra
Para la Guarnición 
  • Unas lascas de Parmigiano Reggiano
  • Unas hojas de Brotes de Lechuga Roble
Para la Salsa de Piquillos
  • 1 Huevo ecológico, de nuestras gallinas felices (a temperatura ambiente)
  • 200 ml de Aceite de Girasol
  • 1 Pimiento de Piquillo
  • Una pizca de Sal

Huevos ecológicos, de nuestras gallinas felices

ELABORACIÓN
  1. Cocinar previamente los spaghetti (o la pasta deseada) con chorizo, según nuestra receta.
  2. Batir ligeramente los huevos en un bol.
  3. Mezclar con los spaghetti.
  4. Calentar una sartén con un poco de aceite. Verter la mezcla y dar forma a la tortilla.
  5. Voltear, con ayuda de un plato o tapadera plana, y cocinar a fuego lento, hasta cuajar al gusto.
  6. Servir con unas lascas de Parmigiano, por encima, y acompañar con hojas de lechuga, gusto a una pincelada de salsa de Piquillos en el plato.
De la Salsa de Piquillos
  1. Poner en un vaso alto, el huevo con una pizca de sal.
  2. Introducir el brazo de la batidora, y sin mover, comenzar a batir lentamente, añadiendo el aceite poco a poco en un fino hilo.
  3. Cuando comience a espesar, mover con suavidad la batidora arriba y abajo, para que se integre el aceite, mientras completamos de montar la mayonesa.
  4. Una vez hecha la salsa, añadir el pimiento al que previamente habremos quitado las semillas, y secado con un papel de cocina.
  5. Triturar ligeramente, hasta conseguir una salsa de color homogéneo.
  6. Si quedara demasiado densa, aligerar con un poco de leche.

Salsa de Piquillos
















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