Tortilla Andaluza

Estos últimos días, desde que me pasó lo de Instagram, ando un poco como pollo sin cabeza, os lo contaré de manera escueta. Resulta que la dichosa plataforma de repente, la ha tomado indiscriminadamente, con algunos usuarios, entre los que me cuento, y no sé si será por cuestiones referentes a algún algoritmo mal gestionado, o por causa y efecto de una mano negra que esté cortando cabezas a discreción, cuando de un plumazo en un nanosegundo, hace unas semanas decidió sin previo aviso eliminar mi cuenta @debuenamesa, según parece ser fue por haber atentado, yo misma, contra mi propia privacidad en mi cuenta, un desvarío que me inducía a mandarlo todo a txc, perdonad la impertinencia, incluso escrito en abreviatura suena mal, pero es que la rabia me dominó por un instante, así fue como me sentí, desolada, y si hubiera hecho caso a ese primer impulso, cuando casi se me quitaron todas las ganas de redes sociales, y digo casi, porque en el fondo de mi inconsciencia, algo de egolatría bloguera indirecta debo tener, no seguiría adelante.

Me duró poco el enfado, para qué mentir si no hace falta, pues no tardé ni una semana en crear un nuevo perfil, ya veis, a la velocidad que tarda la luz en recorrer 30 cm, es decir otro nanosegundo, en tan solo un clic, ahora DBM en Instagram es @debuenamesa_ sí sí con guión bajo, una virgulilla imperceptible que me trae de cabeza, porque parece una tontería, pero el hecho de cambiar de cuenta, implica volver a empezar, y ahí me tenéis cual ave Fénix intentando resurgir de las cenizas, aunque todo esto no es un negocio para mí, me dio pena perder los más de 2500 seguidores que tenía en IG, y lo que es mucho peor, todo el trabajo que había volcado detrás de las miles de publicaciones, entre fotografías y vídeos, en dicha plataforma, desde que creé el perfil en 2013, siempre lo hice con muchísimo respeto, para que tuvieran buena visibilidad, pero parece que estos no tienen en cuenta la honradez, ni el contenido de calidad, sino lo que les haga ganar pasta, por bodrio o morralla que sea.

Realmente no hay quién entienda cómo funciona Instagram, incluso hay auténticos gurús de las redes sociales, que dicen tener la clave, vendiéndola incluso, pero no es cierto, eso es un negocio, donde la empresa que lo gestiona, decide quién le interesa y quién no, sin que les mueva otra intención que generar dividendos por activa y por pasiva, y yo, o sea, mi cuenta, en ese sentido por supuesto, para ellos no soy más que un insignificante y microscópico punto en el metaverso y por mucho cabreo que me pille de rebote, no hay nada que hacer, todo mi trabajo está más perdío que el barco l'arró o como diríamos en román paladino: 

«"¡A tomar por c…!, dijo David y tiró el arpa"»

Y en esas estamos, volviendo a comenzar desde cero, que tras diez años blogueando, ya son ganas, por cierto hablando de años, la semana que viene De Buena Mesa cumplirá su décimo año en la Blogosfera, y esto sí que lo tengo que celebrar. Pero no es la primera adversidad bloguera que sufro, ya tuve incidentes de los que he salido airosa, me gustan los retos así que no hay que preocuparse, errores del tipo como cuando eliminé (y eso sí fue un fallo por mi parte) una carpeta completa de fotografías en la nube, desapareciendo ante mis ojos, accidentalmente, todas las imágenes del blog, aunque gracias a mi previsión, tenía guardados los archivos originales, aun así me vi obligada a subir de nuevo una a una, desde mi Pc, todas las imágenes, al final hasta le vino bien porque cambié algunas, incluso le di un lavado de cara a la plantilla del Blog, tras muchas horas en vela y un trabajo tremendo todo se solventó sin problema, ahora me alegro, no hay mal que por bien no venga. 

“Duele, duele un montón. Pero va a pasar, y cuando sane, más fuerte vas a brillar, más alto vas a volar, más libre vas a soñar. Y vas a entender, que algunas historias terminan, para que otras mejores puedan empezar”

Antoine de Saint-Exupéry

También en 2019 sucedió lo de G+ otro caos, con el que se me vino el mundo encima al desaparecer todos los comentarios que había hasta la fecha en mi blog, y eran muchos, sobre todo porque eran de esa época en que la Blogosfera era muy activa, una pérdida terrible que me dio un disgusto de los grandes, y alguna que otra cosa más como el bloqueo injusto por parte de Facebook al enlace de mi otro Blog El Club de la Tortilla Perfecta según ellos alguien lo denunció por compartir contenido ofensivo para la comunidad, y me muero de risa, porque ¿qué puede contener de ofensivo, una tortilla perfecta? En fin que ahí si que me pillé un cabreo de los gordos, hasta tal punto que acabé por borrar la página y un grupo con más de 10000 seguidores, en Facebook, quedándome solo con la cuenta de Instagram, prometo que la conservo única y exclusivamente por el trabajo que hacen quienes participáis en esa bonita locura, y otras cuántas cosas más que me han sucedido, y que he contado como anécdota entre las casi 800 páginas de este rinconcito, al que me siento unida como capitán de barco a su cuaderno de bitácora, pero que ahora tampoco es cuestión de repetirlo. 

El Práctico | R. Rabasó, F. Aneiros

Y hablando de páginas, os adelanto en la imagen el libro en el que me he documentado para hacer esta tortilla, obviamente la cociné pensando en otro tipo de entrada, incluso la he tenido varias semanas reservada para el próximo domingo, con motivo del día de Andalucía que se celebra el 28 de Febrero, pero como coincide casualmente con el aniversario de este espacio, decidí cambiar de día, además os tengo reservado uno de mis caprichitos dulces, que pienso es más adecuado para una celebración, aún así publicarla para esta entrada tampoco era el propósito, no debería hacerle sombra con naderías, pero necesitaba poner los puntos sobre las íes hablando de mi "disgustillo" en lugar del origen de esta tortilla, que como veréis es un clásico, mientras tanto pienso cómo redactar la entrada, pues algo entretenido tendré que contar sin repetirme, cuando la publique en El Club de la Tortilla Perfecta.

Punto y a parte.

Como es natural todas mis Tortillas son "del, por y para" El Club de la Tortilla Perfecta, pero no será hoy cuando la publique allí sino el día 28, además que como quién no quiere la cosa, que conste que esto no es una queja sino una apostilla, me he visto de repente con otra buena tanda acumulada, de tortillas perfectas cocinadas por mis queridas #amigasyblogueras. Tengo por costumbre no anteponer las mías a las de ninguna otra blogger participante, en nuestro Club todas las socias somos iguales, nada de favoritismos, ni tratos preferentes, a nadie, ni siquiera a mí misma por ser quién lo dirige y escribe, me gusta compartir cada cosa a tu tiempo y cada una en su lugar.

¡Ea! ¡Qué a gusto m'he quedao! ¡Ja, ja, ja...! 

Comenzamos. 

INGREDIENTES

• 6 Huevos de Nuestras Gallina Felices
• 2 dientes de Ajo
• 1 Tomate maduro
• 2 Pimientos Verde
• 1 Cebolla
• Harina (para freír)
• Aceite de Oliva Virgen Extra
• Sal y Pimienta

Pan de Picos | Bollo Picao | Bollo Sevillano de Pan Candeal Picado

ELABORACIÓN

1. Pelar y picar los ajos. Sofreír en una sartén, con un poco de aceite. 
2. Hacer el tomate concassé: Pelar y trocear el tomate. Añadirlo al ajo cuando esté dorado. Sofreír a fuego fuerte hasta reducir y obtener una salsa espesa.
3. Cortar los pimientos en tiras. Sofreír en otra sartén, con un poquito de aceite.
4. En una parisina calentamos aceite, en cantidad suficiente para freír la cebolla cortada en aros y enharinada.
5. Cascar los huevos en un bol. Salpimentar. Batir.
6. Mezclar el tomate concassé y los pimientos fritos. Añadirlos a los huevos. Mezclar.
7. Calentar la sartén donde hemos frito los pimientos, con un par de cucharadas de aceite. Verter la mezcla.
8. Ligar ligeramente, como si hiciéramos un revuelto, dando forma a la tortilla, con ayuda de una cuchara de palo. 
9. Cocinar unos minutos a fuego medio. Voltear con ayuda de un plato.
10. Cocinar a fuego lento, volteando varias veces, hasta cuajar al gusto.
11. Servir acompañada de los aros de cebolla frita y un buen pan de bollo picado, al gusto.