Patatas Guisadas con Huevo Cuajado


¡Uf! Qué tiempo…, por fin llueve después de muchas semanas y hace un frío bastante insoportable.

Hoy me he levantado un poco apática y realmente no quería hacer nada de mucha envergadura, así que he optado por cocinar un buen guiso de esos que apetecen en días como este, un guiso calentito que no me lleve mucho tiempo en la cocina, y que además dé para muchos platos.

Así que me he puesto en marcha y todo ha venido rodado, unas buenas patatas, unos ricos huevos de las gallinas de mi casa, y ya está, el resultado, un magnífico y delicioso plato de patatas con un deje nostálgico, pues gracias al aroma de unas hebras de azafrán que le he añadido, se ha convertido en uno de los platos que mi madre cocinaba cuándo éramos chicas y llegábamos del colegio con el tiempo justo de comer y volver de nuevo al cole.

Seguro que algunos de vosotros compartís conmigo la opinión de que ante un buen guiso tradicional, nunca podrá ponerse nada del modernismo de la cocina actual, que si bien es ideal para sorprender a tus invitados, en nuestra casa, y en el transcurrir del día a día, lo que verdaderamente gusta es la cocina de toda la vida.

¡Buen Provecho!


PATATAS GUISADAS CON HUEVO CUAJADO

INGREDIENTES

  • 6 patatas nuevas grandes 
  • 6 huevos 
  • ½ cebolla 
  • 2 dientes de ajo 
  • 2 pimientos pequeños rojos 
  • 1 hoja de laurel 
  • Unas hebras de azafrán 
  • Unas ramas de perejil 
  • Sal, aceite de oliva virgen extra, agua.

ELABORACIÓN

  • Picar la cebolla en daditos, el ajo también picado y los pimientos cortados a tiras de unos 5 cm de largo por 1 cm de ancho aproximadamente. 
  • En una cacerola poner un poco de aceite de oliva para hacer un sofrito, una vez doradas las verduras, picamos el perejil y lo añadimos junto con las hebras de azafrán, que dejaremos unos segundos que se doren un poco en el fondo del aceite. 
  • Lavar las patatas, pelarlas, cortarlas en trozos pequeños al “crac” y volver a lavarlas; añadirlas a la cacerola y remover para que se doren ligeramente. 
  • Añadir la hoja de laurel y cubrir con agua suficiente, pero sin pasarse, pues es mejor añadir un poco más si fuera necesario, a que nos queden demasiado caldosas. 
  • A fuego fuerte, llevar a ebullición. Terminar de cocinar a fuego medio, sazonando cuándo las patatas estén casi tiernas, momento en el que añadiremos los huevos y los dejaremos unos minutos más para que se cuajen en el punto deseado. 
  • Dependiendo del tipo de patatas que utilicemos, tendremos mayor cuidado al remover el guiso, para que no quede demasiado espeso, si son patatas de textura harinosa, moveremos la cazuela agitando suavemente cogiéndola por las asas. Así conseguiremos que el caldo quede un poco cremoso, pero no espeso.







Comentarios