Tiramisú de Pitahaya y Piña

Hay quien dice que no deberíamos llamar Tiramisu a cualquier dulce tentación, dado que el clásico postre veneciano, debe de cumplir unos requisitos a la hora de ser elaborado, para ser considerado auténtico, como he comentado en alguna otra ocasión, pero en esto, como en todo, hay que ser flexibles y abiertos de miras, no debemos empecinarnos en defender a ultranza una cosa, que si permite diferentes variaciones, sin desvirtuar su única finalidad, que no es otra que la de proporcionar el placer infinito del común de los mortales, entonces bien vale ser permisivos, y añadir a lo que de por sí es perfecto, otras variantes, para ampliar los límites a la hora de disfrutar nuevas experiencias culinarias.

Por otro lado, he de confesaros que el Tiramisú de Pitahaya y Piña que hoy os enseño, lleva justo un año guardado en mis archivos, y me preguntaréis, cómo siendo yo tan prolija a la hora de compartir, lo que considero merece la pena y no dejarme nada en el tintero, he podido tenerlo oculto tantos meses, sencillamente porque creo que, aunque el tiramisú es un postre atemporal, este es claramente una versión muy veraniega, sobre todo por la jugosidad que aporta la fruta, haciéndolo ligero y refrescante, al contrario de lo que suele ser habitual en el clásico, donde la calidez del chocolate y el café, junto a la dulce crema zabaione (sin mascarpone ni nata por supuesto) con su licor de Amaretto, lo hacen más propio de meses fríos, cuando deseamos entrar en calor, incluso con un postre que, paradójicamente, se sirve frío. Sin embargo, no ha sido esa la causa principal por la que he tardado en publicarlo, sino por otros dos motivos, que ahora que lo veo aquí, me parecen dos cuestiones nimias, porque solo con un poco de interés, las trabas que encontré, fueron superadas airosamente. 

La primera fue que, a pesar del derroche fotográfico, no acababa de convencerme, una vez disfrutado el postre, pues eso sí, está de vicio, pero al examinar las imágenes, no encontraba atractivo el montaje, sin ser yo de excesos, lo veía demasiado sencillo, y aunque las imágenes no le hacen justicia, es un postre de los que volveré a repetir, quizás cambiaría la presentación, pero lo mejor es que se hace en un instante. La segunda traba que encontraba, y que tras darle unas cuantas vueltas ha dejado de suponer un obstáculo, fue el tema de la granola de fresa, un producto de marca blanca, que para mi desgracia, han dejado de fabricar, la jefa del supermercado donde lo compraba, no me dijo el motivo, aunque si le hubiera enseñado mi Tiramisú de Fresa seguro hubiera hablado con la empresa para patentar la receta, ¡ja, ja, ja...! Y para nada es pretencioso por mi parte pensarlo, porque de verdad está riquísimo; curioseando en Internet podría ser por dos cuestiones, una, por su alto contenido en azúcares, y que yo pienso que no era tanto, en mi desayuno tomaba 30 gr de estos cereales con un poco de leche fría, por tanto la cantidad ingerida era mínima; y otra, por el coste, quizás las fresas liofilizadas, abundantes y generosas en la bolsa, lo hacían poco rentable, pero yo hubiera preferido incluso pagar un poquito más, por lo buena que estaba, a pesar de lo que dicen del contenido en azúcar, sin ser un producto comercializado como saludable o light, no me resultaba excesivo, es más, era la granola que he consumido, de manera habitual, durante el tiempo que he estado a dieta estricta, y aún así, sin sobrepasar las calorías diarias, al ser una dieta hipolipemiante e hipocalórica, conseguí alcanzar mi objetivo, sin problemas.

Pitahaya | Fruta del Dragón

Pero que no sea por falta de un producto desabastecido, que nos quedemos sin disfrutar de este delicioso postre, Online he encontrado marcas que comercializan fresas liofilizadas, a precios interesantes, así que creo que si, por un lado, combinamos nuestra granola preferida, con fresas liofilizadas, al triturarlas podríamos conseguir algo similar a la arena comestible de mis postres, ya que las fresas son lo que aportan el sabor y el color rosa que lo hace tan bonito y apetecible, o incluso porqué no intentarlo con otros sabores, como granola de frutos rojos, que esta si la hay de primeras marcas, o combinando sabores como coco y cereales, que seguro a la piña le va de fábula, cambiaría el color pero seguro queda rico, quien sabe, quizás lo haga este mismo verano, y os lo enseño el que viene, ¡ja, ja, ja…!

Sin ser mi intención que la granola acabara siendo lo más destacado en este post, cuando preparé este tiramisú, mi deseo fue hacer protagonista a una fruta tan singular como la Pitahaya, también conocida como Fruta del Dragón, por el aspecto curioso de su corteza. Desde mi punto de vista, aparte de la cantidad de cualidades beneficiosas que tiene para la salud, aunque ya la había comido anteriormente, en cuanto al sabor, me corroboro en que es un poco decepcionante, lo tengo que decir, pues siendo una fruta tan atractiva y espectacular, no cumple las expectativas que espero, siendo bastante insípida por sí sola, realmente no creo que merezca la pena, si lo que buscamos es una experiencia dulce y sabrosa, cierto es que visualmente es puro espectáculo, dando muchísimo juego a la hora de presentar un plato, y ahí es donde no estuve fina, pues habiéndome costado bien cara, no le saqué su lado más fotogénico, con una presentación excesivamente simple, para lo que podría haber hecho con ella. Pero no todo van a ser lamentos, pues lo que sí es cierto, es que este postre resultó tan delicioso y delicado, como para incluirlo sin demora en Lo más dulce de DBM.

Comenzamos.

INGREDIENTES

• 18 Bizcochos de Soletilla
• 2 Pitahayas
• 1/2 Piña 
• 250 gr de Queso Cottage
• 400 ml de Yogur Vegano de Cerezas y Fresas
• 50 gr de Granola de Fresa (Op. Granola + Fresas Liofilizadas)
• 1 c/s de Mermelada de Kiwi
• 1 c/s de Mermelada de Ciruela con Cardamomo y Canela
• 4 tazas de Café (recién molido)

ELABORACIÓN

1. Moler el café y hacer como tengamos costumbre, yo lo hice en cafetera italiana tipo moka. Enfriar.
2. Moler la granola de fresa, o en su defecto haremos una mezcla con granola y fresas liofilizadas, hasta conseguir una textura arenosa de color rosa.
3. Mezclar en un bol, el yogur con el queso cottage, y las dos mermeladas. Para una textura de crema fina, utilizar la batidora de brazo.
4. Limpiar la piña, cortar unas rodajas y picarlas en brunoise.
5. Pelar las Pitahayas, la corteza saldrá con facilidad con la punta del cuchillo, y picar en brunoise.

Montaje y Presentación del Tiramisú

1. En el fondo, del bol o fuente elegido, disponer una capa de bizcochos dobles, previamente mojados en café.
2. Cubrir con una capa de crema de yogur y queso
3. Espolvorear con unas cucharadas de arena de granola de fresa.
4. Cubrir con unos dados de piña y de pitahaya.
5. Repetir el proceso, con bizcochos mojados en café, crema de yogur y queso, arena de granola y fruta.
6. Para la tercera y última capa, cubrir con bizcochos mojados en café, esta vez simple.
7. Una capa de crema  de yogur y queso cottage
8. Espolvorear con arena de granola de fresa.
9. Decorar con piña y pitahaya, al gusto.
10. Enfriar unas horas en el frigorífico, antes de servir.

• Montar en capas, en una ensaladera o fuente de cristal, si lo vamos a servir en el centro de mesa, o en boles de cristal, pequeños, si lo presentamos de manera individual.

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Y tras un largo e intenso año de publicaciones, ha llegado el momento de desconectar unas semanas del mundo Blogger, volveré en Septiembre, con un montón de nuevas recetas, muchas de ellas ya las tengo cocinadas y fotografiadas, a esperas de ser editadas, mientras tanto, deseo que paséis unas felices vacaciones, para los que tengáis la suerte de disfrutarlas, y sino,  para los que por obligación os quedéis en casa, disfrutad de lo que toque, y como es natural, si necesitáis una buena receta, siempre estaré tras la pantalla, aquí en De Buena Mesa a vuestra disposición. Sed felices.

Un millón de besos y muchas cosas bonitas.

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