Gazpacho de Albaricoque

Nadie pensaba, tal y cómo está el clima, que hasta fecha de hoy, el verano en Sevilla, iba a ser de lo más benevolente, cuando todos los pronósticos auguraban que este sería el verano más caluroso desde que hay registros, pero a la vista está que de momento, va a ser que no, bueno tampoco quiero decir que no haya hecho calor, que hemos tenido unos cuantos días de infierno, a semanas alternas, con temperaturas rozando los 40 ºC. Quizás nos estemos acostumbrando, mentalizados como estamos a que ya nunca volveremos a tener veranos suaves, sino cálidos y tórridos, la verdad es que rotando entre días más frescos, como está siendo hasta ahora, lo llevaremos mejor, si lo del cambio climático es un hecho más que evidente, no obsesionarnos en ello, hará que no nos afecte tanto, aunque no haya manera de tenerlo controlado. Pasar días con temperaturas por debajo de los 30/28 ºC, en Sevilla, en el mes de julio, es un regalo caído del cielo, y si a eso le acompañan unas gotas de lluvia, aunque sean con cuentagotas, la lluvia en Sevilla es una pura maravilla, entonces si que es “gloria bendita”, ya que para soportar calores extremos siempre estaremos preparados, pero sino lo sufrimos, mejor para nosotros.

Y si en verano, existe una manera de disfrutar de una buena mesa en Sevilla, con estas calores, nada mejor que un buen Gazpacho con to’sus avíos, entre los cuales, ahora que viene al caso, no se incluye la cebolla, a menos que esta vaya como ingrediente extra de guarnición, ya que, y lo digo por enésima vez, suelo recalcar siempre que comparto un gazpacho, la cebolla al triturarla, tiene tendencia a volverse agria, por lo que el gazpacho adquiere un sabor ligeramente agrio y fuerte, con la consecuencia de desvirtuar lo que de por sí, si no le añadimos cebolla, tiene un sabor insuperable, ¡ah! Y otra cosa, por Dios, nada de tres o cuatro dientes de ajo, el ajo es un aromático, y al ir crudo su sabor es mucho más intenso y picante, por tanto, con medio diente, para las cantidades que suelo indicar, es más que suficiente. No quiero resultar pesada, ni parecer una sabelotodo, pero la experiencia me da el poder compartir mis conocimientos, que en cocina no son pocos, y en la satisfacción de los comensales que tienen el placer de degustarlo, toda su aprobación, y no tengo nada más que añadir, ni nada menos que quitar.

Mi gazpacho de hoy es una adaptación del Salmorejo de Albaricoques que en su día publicaba mi querida Blogger amiga, Gloria C. | Marinando la perdiz. A ella le llegó la inspiración, en un acto de no querer tirar nada, ya sabemos que de la cocina de aprovechamiento y reciclaje, han salido grandes platos, como su salmorejo, del que me enamoré nada más verlo, no suelo tener ingredientes pochos en mi cocina, suelo comprar lo justo para que todo lo que utilizo sea lo más fresco posible, y siendo como soy, rebelde, porque el mundo me hizo así, lo he llevado a mi terreno, creando una nueva versión del gazpacho andaluz, que no le hace sombra a su exquisito salmorejo, pero está tan bueno como para elevarlo igualmente al Olimpo de los Dioses.

Lo dicho, comenzamos.

INGREDIENTES

• 6 pz. (435 gr) de Albaricoques
• 6 pz. (690 gr) de Tomates de pera
• ½ pz. (335 gr) de Pepino holandés
• 1 pz. (185 gr) de Pimiento amarillo
• ½ pz. (100 gr) de Pan de bollo sevillano
• ½ d. de Ajo
• 40 ml de Vinagre de Frambuesa
• 50 ml de Aceite de Oliva Virgen Extra
• 6 gr de Sal Rosa del Himalaya
• c/n de Agua fría, para remojar el pan

ELABORACIÓN

1. Poner en un cuenco, el pan troceado, cubierto con agua fría. Reposar hasta que esté bien empapado.
2. Lavar y escurrir las verduras y los albaricoques. Trocear.
3. Pelar el ajo y quitar el brote del germen, si lo tuviera.
4. Disponer todos los ingredientes en el vaso de la batidora, en el siguiente orden: pepino, pimiento, albaricoques, la mitad de los tomates, sal, ajo y la mitad del pan.
5. Triturar y cuando baje el volumen del contenido de la jarra, añadir el resto del pan y los tomates.
6. Triturar hasta conseguir una crema fina y sin grumos.
7. Rectificar de sal y vinagre, si fuera necesario. 
8. Añadir un poco de agua fría, solo si queremos una densidad más ligera.
9. Servir bien frío, con guarnición al gusto. Yo he añadido unas semillas de sésamo negro, tomatitos Cherry, pera negros y unas hojitas de rúcula.

Puedes ver el paso a paso en este Reels de mi IG

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