Papas con Carne

Por fin ha llegado el Otoño a Sevilla, y solo me apetece disfrutarlo con reconfortantes Sopas y platos de cuchara calentitos como el que os comparto hoy, después de más de seis meses de tórrido Verano a base de gazpachos y ensaladas, ya era hora que el calor nos diera una tregua, por fin llueve, lenta y pausadamente, cosa que a mi ánimo le sienta de maravilla, sí, soy de las personas que adoran la lluvia y cuando llueve soy feliz, será por la escasez de agua que tenemos en el Sur que la disfruto tanto; no sé si será por la sequía, pero últimamente me encuentro en un estado de zozobra que no sé muy bien cómo controlarlo, suelo ser una persona estable, con un grado de autocontrol bastante alto, pero a veces hay cosas que me perturban, por insignificantes que parezcan, me hacen estar en un continuo bucle de altibajos emocionales difíciles de explicar.

No me apetece salir, nada más que para lo estrictamente imprescindible, en casa estoy tranquila y me siento a gusto, tengo todo lo que necesito, estoy con la persona que quiero y me quiere, además tengo a mi gata Bolita que es lo más bonito del mundo, es tierna y mimosa, aunque sus miedos hacen que solo se deje acariciar cuando le apetece, no se separa de nosotros y eso me abruma bastante, porque normalmente no suelen coincidir sus necesidades con mis horas de asueto, a veces cuesta oír sus suaves e insistentes maullidos reclamando mis caricias, y no poder tocarla si me pilla ocupada, pero claro, ante esos ojitos azules tan bonitos, no puede una menos que derretirse y entregarse totalmente al mayor de sus caprichos.

Dicen que tener un gato es una buena terapia contra el estrés, la ansiedad y la tristeza, y puedo dar fe que es cierto, desde que entró en nuestras vidas, y después de haber luchado como jabatos durante meses, cuidándola por una larga enfermedad, tenemos la recompensa de disfrutar de su vitalidad cada minuto del día. Qué bonito es llegar a casa y verla recibirnos haciéndonos mil monerías, nos trae sus juguetitos, nos hace la croquetita en la alfombra, come algo, da unas carreritas por la casa, se viene hacia mí enarcando la espalda para que la acaricie, todo un ritual de rigor para ella, y que a mí me hace sonreír como si fuera mi niña chica, a la que debo muchos momentos de paz, durante estos meses de duelo tan tristes y que imagino superaré porque es ley de vida.

Seguro la mayoría de los que me visitáis, estaréis de puente, en España celebramos mañana día 1 de Noviembre, la festividad de Todos los Santos, y quienes abogamos por seguir y conservar las fiestas tradicionales, hacemos lo posible para que no se pierdan nuestras costumbres; nuestra casa estos días se inunda de olores a dulces típicos de la época, olor a canela, a limón, anís dulce, no pueden faltar los Boniatos en Dulce, las Castañas Asadas o las Empanadillas de cabello de ángel, tal como mi madre nos inculcó, y aunque mis hermanas y yo, no tengamos ganas de fiestas, lo haremos como sería su deseo, para levantarnos el ánimo unas a otras, y de paso tener a mi padre un ratito entretenido.

Pero hoy no traigo repostería, no tengo ánimos de hacer nada distinto a lo ya publicado, dando un repaso a Lo Más Dulce de nuestra casa veo que está casi todo lo que mi madre me enseñó compartido, así que me apetece enseñaros un estofado ideal para días como hoy, un guiso de esos que cada familia tiene su propia receta, es un plato sencillo que entona el cuerpo y te alimenta sin excesos, unas buenas Papas con Carne y que en días fríos y lluviosos como los de este fin de semana, invitan a quedarse en casa y disfrutar de una larga sobremesa tomando un café mientras vemos una película, a arroparse con una mullida manta en el sofá mientras leemos un rato, o dormir una corta siesta, en mi caso, acariciando a mi Bolita con su suave ronroneo, en mis rodillas, sin necesidad de cambiar nuestras mejores costumbres por otras foráneas, que nada tienen que ver con lo nuestro, pues cuando lo tradicional es insuperable, no hay más que hablar. Comenzamos.

INGREDIENTES

• 400 gr de Magro de Cerdo (Pierna), troceado
• 500 gr de Patatas
• 2 Zanahorias
• 1 Cebolla
• 1 ramita de Tomillo
• 1 hoja de Laurel
• 2 Guindillas Cayena
• 1 Pastilla de Caldo Concentrado de Carne
• 1 vasito de Vino Blanco
• Cúrcuma
• Aceite de Oliva Virgen Extra
• Agua
• Sal

ELABORACIÓN

1. Trocear la carne en dados de unos dos centímetros, quitando los posibles excesos de grasa, si los tuviera. Sazonar y reservar.
2. Pelar y picar la cebolla. Ponerla en una cacerola con un poco de aceite. Sofreír.
3. Pelar y cortar las zanahorias, añadirlas al sofrito de cebolla.
4. Añadir el tomillo, el laurel y las cayenas.
5. Añadir la carne y la pastilla de caldo. Remover y cocinar a fuego fuerte hasta que comience a tomar color.
6. Verter el vino y cubrir con agua. Llevar a ebullición y cocinar, con la olla tapada, a fuego suave hasta que la carne esté tierna, aproximadamente una 1 h 30'
7. Lavar, pelar y trocear las patatas. Añadirlas a la carne.
8. Espolvorear con un poco de cúrcuma. Mover con suavidad y añadir, solo si fuera necesario, un poco más de agua. 
9. Llevar a ebullición y cocinar a fuego medio durante 20/25 minutos, hasta que las patatas estén tiernas. Rectificar de sal si fuera necesario.
10. Servir al gusto, con un poco de perejil picado por encima.