Tortilla a la Capuchina

Hace meses que no cocino una Tortilla Perfecta a propósito para el Blog, aunque la última que compartí en DBM en el mes de mayo, no es que no la hubiera cocinado yo, que no fue así, pues todo lo que comparto ha salido de mis manos deliberadamente para enseñároslo, pero aquella salió de mis archivos personales, mi Bruschetta de Tortilla de Verdolaga que como os contaba, llevaba meses esperando el momento de volver a repetirla porque estaba exquisita, deseaba hacerla otra vez para tomar nuevas imágenes, pero el verano llegó y también la verdolaga creció de manera frondosa en nuestro huerto, la segamos, la disfrutamos (nosotros y nuestras gallinas felices, que no pierden bocado) y en casa se hicieron tortillas, cómo no íbamos a hacerlo, imposible con lo rica que está, pero no hubo fotos, ya sabéis, son esos momentos en que te olvidas de todo y desconectas del mundo, incluido las cámaras, los móviles y solo deseas disfrutar hasta el más mínimo segundo, del poco tiempo que disponemos en vacaciones de no hacer nada por obligación.

Pero como os comentaba la semana pasada en mi One-Pot Pasta estuve repasando mis libros de cocina y como fruto de ello, surgieron mil ideas deliciosas que bullen en mi cabecita pensante como en una olla a presión, he querido reactivar mi modo tortillero pues hace tiempo que lo tengo un poco OFF, y no porque en casa no comamos tortillas, pero mi dieta limita el consumo de huevos, y si quiero cocinar alguna tortilla tengo que adaptarme a mis menús, aunque en cualquier caso también me la puedo saltar un día, haciendo un pequeñito exceso y darme el gustito, que tampoco pasa nada por ello, siempre que sea de muy de vez en cuando.

Entre mis libros apareció uno de mi 'santo' y que yo apenas había ojeado un par de veces, pero de eso fue como hace mil años, o sea que no recordaba que lo teníamos en nuestra biblioteca, el libro a modo de recetario poco convencional, fue publicado en 1989 por el ilustre poeta cordobés, profesor de Arte Dramático y Danza, y académico en la Real de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, Miguel Salcedo Hierro, un tratado sobre gastronomía en 'La Cocina Andaluza' donde expone cuanto de bueno, importante y sabroso hay en nuestra cocina.

El libro en sí es una joya literaria de la gastronomía andaluza, está prologado por el igualmente ilustre periodista Matías Prats Cañete, una de las voces más conocidas de la radio en España, del siglo XX, destacó por ser durante años la voz del NO-DO, así como también por ser la voz de la retransmisión de los partidos de fútbol los domingos por la tarde, y que por su entusiasta manera de contar la información taurina y otras noticias de interés general, se ganó la fidelidad de muchos de nuestros mayores, convirtiéndolos en incondicionales radioyentes y amantes de sus locuciones radiofónicas.

A día de hoy, si os podéis hacer con un ejemplar, bien merece la pena echar una ojeada a sus páginas, pues os aseguro que lo disfrutaréis de una manera totalmente diferente a lo que suele ser un tratado de cocina, está lleno de poesía y al no ser un recetario al uso, permite interpretar de manera sencilla platos tan emblemáticos como nuestro Gazpacho Andaluz, incluye entre otras muchas curiosidades interesantes, un capítulo de dichos populares gastronómicos, entre los que destacan los andaluces, dado la finalidad del tratado a la cocina andaluza, me hizo una enorme gracia leer un fragmento donde transcribe un chascarrillo conocido como "La docenica del fraile" que trata sobre un clérigo regular, que con cierta picaresca entró en una huevería a comprar una docena de huevos, diciéndole a la dueña:

«Como son para personas distintas me los va a despachar por separado, de la forma siguiente: Para el Padre Prior, media docena (y apartó seis); el Padre Guardián me encargó un tercio de docena (y separó cuatro, agregándolos a los otros) y para mí, que soy más pobre, un cuarto de docena (y procedió a apartar tres más, que añadió a los anteriores. (Total seis, más cuatro, más tres, igual a trece.)

 

Pagó una docena y se fue.

 

Continuando con mis investigaciones e incursiones literarias, no pude menos que echar una ojeada, eso sí por recomendación expresa de mi 'santo' como buen 'homo sapiens' culinario y se lo conoce al dedillo, a una de las enciclopedias gastronómicas de referencia por excelencia, y que fue una de sus aportaciones a nuestra biblioteca, cuando nos casamos allá por el 'Pleistoceno del periodo Cuaternario' porque llevamos toda una vida juntos, ¡ja, ja, ja...! En este bellísimo ejemplar encontré otro buen fondo de recetas la mar de interesantes, aunque si que estaba más presente en mi memoria, porque es uno de los recetarios que siempre tengo a mano como libro de cabecera, me encanta leer cómo expresa los conceptos, la peculiar manera de redactar las recetas con ilustraciones dibujadas a mano y como hablaba de lo que en su época fue la cocina moderna, ¡adorable!

Como veis en ambos libros encontré la Tortilla a la Capuchina, que nada tienen que ver la una con la otra, pero que yo tirando pa'lo mío, eché mano de la gastronomía andaluza afianzada por mis raíces, y además porque encontré unas cuántas tortillas típicas de mi tierra, que espero poco a poco ir realizando para compartirlas con vosotros, hoy os muestro esta versión de Tortilla a la Capuchina que me encantó al descubrirla pues no la conocía, aunque el autor no precisa su origen, sí destaca su procedencia sevillana, y claro eso me motivó a cocinarla de inmediato, pero no solo por eso, sino también por su sencillez y lo rico de sus ingredientes, todos de primera y que solemos tener siempre en casa, huevos, bonito, curiosamente me llamó la atención que llevara bonito, porque mi padre, persona de costumbres arraigadas, siempre llama bonito al atún, aún sin serlo, aunque en mi tortilla lo es, bonito, ¡ja, ja, ja...!, además de pimientos, mucho perejil, una pizca de sal y por supuesto, un buen aceite de oliva virgen extra, sevillano y andaluz por más señas, no podréis decir que os lo pongo difícil, así que como hizo el fraile del chascarrillo con los huevos, "¡Vamos! Que mañana es tarde", ¡ja, ja, ja...!

Comenzamos.

Bonito del Norte en Aceite de Oliva

INGREDIENTES

• 6 Huevos de Gallinas Felices, pequeños
• 3 Lomos de Bonito en Aceite de Oliva
• 200 gr de Pimientos Asados, sin aderezar
• Perejil
• Aceite de Oliva Virgen Extra
• Sal Rosa del Himalaya
• Pimienta

Pimientos Asados

Perejil | Hojas

ELABORACIÓN

1. Cascar los huevos en un plato o bol, salpimentar. Batir.
2. Añadir los pimientos asados, limpios, cortados en tiras y picados finamente.
3. Escurrir los lomos de bonito, del aceite, desmenuzarlos y añadirlos al plato.
4. Añadir el perejil picado grueso.
5. Mezclar y verter en una sartén bien caliente, con una cucharada de aceite.
6. Ligar ligeramente y dar forma a la tortilla, con ayuda de una cuchara de madera.
7. Voltear con cuidado, ayudándonos de un plato llano o tapadera lisa. Cocinar a fuego lento.
8. Dorar y cuajar al gusto, volteando varias veces si fuera necesario.
9. Servir cortada en porciones sobre rebanadas de pan de avena y centeno con semillas.

Naturalmente mi tortilla será incluida en #elclubdelatortillaperfecta y no porque sea de obligado cumplimiento para mí, como editora de dicho espacio, sino porque además, esta semana, nuestro querido Club ha cumplido cuatro años como espacio único, individual y colaborativo, es el resultado de mi trabajo, editando y poniendo un justo y ordenado equilibrio a #lacolecciónmásricadelmundo en la Blogosfera, pero he de decir que nada en El Club habría sido posible si no contara con la colaboración incondicional de mis más queridas #amigasyblogueras que con sus exquisitas aportaciones, vamos completando entre todas hasta día de hoy, las páginas de El Club de la Tortilla Perfecta con más de 380 tortillas, todas exquisitas, todas perfectas, aunque parezca imposible, no lo es, a la vista está que con un poquito de imaginación, creatividad y buena mano en la cocina, hemos conseguido crear con mucho gusto un lugar selecto, diferente y con personalidad propia, que muchos veneramos porque lo merece, esperando que lleguen otras tantas, y porque además, como siempre os digo, la cocina es un mundo infinito, y en cuestiones de tortillas, todas son pocas. Espero que lo disfrutéis tanto como los Blogs que participamos, y paséis un buen ratito navegando entre sus páginas.

¡Feliz 4º Aniversario!