Crema de Verduras

No sé con esta nueva normalidad estacional, por lo del cambio climático que estamos viviendo de manera palmaria, si alguna vez el otoño volverá a suceder en Sevilla, tal y como lo tenemos idealizado, lo lógico sería sentirlo hasta tal punto que cale en los huesos, con viento frío, lloviendo a cántaros y no con cuentagotas, que nos haga sentir la necesidad de sacar toda la ropa de abrigo, bufandas, guantes y botas de agua, para guardar de una vez por todas las chanclas hasta la primavera que viene, aunque si que es cierto que ya no hace tanto calor, como en verano, pues las temperaturas han bajado considerablemente, los días continuan siendo aún bastante cálidos durante las horas centrales, al menos hasta hoy, cuando todos los pronósticos indican que ahora sí, por fin llega, a ver qué pasa.
De todos modos, si en casa nos atuviéramos al clima, no saldríamos de la rutina de comer un riquísimo Gazpacho o unas buenas Papas Aliñás, casi a diario, así que sin mirar al cielo, ya sabéis, por aquello de “entre col y col, lechuga", en casa hemos implementado en el menú, desde hace unas cuantas semanas, platos de cuchara, y que por costumbre apetecen, especialmente a la hora de cenar, cuando busco algo sencillo, que pueda dejar preparado solo para calentar y servir, y para ello, no hay nada que se preste mejor que las cremas y sopas, por eso hoy os traigo la que para mi gusto es un clásico imprescindible, la Crema de hortalizas y verduras, que casi todos solemos cocinar, sin necesidad de seguir una receta de esas que hay que hacer al dedillo, ya que la variación de ingredientes y cantidades añadidos, solo repercutirá en el color conseguido, una vez triturada, y en los matices con notas vegetales, donde suelen predominar los que utilicemos en mayor cantidad.

Como se puede apreciar, en mi crema de hoy, el color predominante es un precioso naranja, conseguido por la calabaza y las zanahorias, que utilicé en la misma proporción, sin embargo, en esencia es una crema muy neutra, quiero decir, que es un conjunto muy equilibrado de sabores a hortalizas, si acaso, ligeramente potenciados por el caldo de ave, que es el que he utilizado porque su sabor me gusta más que el del caldo de verduras, sin llegar a predominar, a mi parecer es donde reside la clave del éxito de este delicioso y saludable plato.
Concluyendo, esta temporada no tenía intención de compartir una nueva crema, pues considero que ya tengo publicado un surtido bastante generoso de Cremas y Sopas Calientes en DBM, que aportan la suficiente variedad como para disfrutar de un reconfortante cuenco, durante todo el otoño e invierno, mientras voy buscando y descubriendo algunas nuevas alternativas a las que suelo preparar con más asiduidad, y si considerase alguna interesante, sí que la compartiría; pero resulta que hace unos días, hicimos una visita a mis sobrinos, a su preciosa y acogedora casa en el corazón de la Sierra de Aracena, donde además de pasar un día muy agradable en familia, nos trajimos muy buen sabor de boca, no solo por lo bien que comimos, sino que mi sobrina Vanessa, con la generosidad que la caracteriza, me regaló esta preciosa olla de barro para que cocinara cositas ricas. Naturalmente no tardé ni un instante en hacer buen uso de ella, pues deseaba lucirla aquí en el Blog y nada más tenerla en mi cocina, al día siguiente, cociné una riquísima crema de hortalizas variadas, cuyo único secreto está en el delicioso sabor que tiene todo lo elaborado sin prisas pero sin pausa, y que por aquello del poder de sugestión de todo lo que recibes con cariño, nos supo a gloria bendita.
Comenzamos.
INGREDIENTES
- 400 g de Calabaza
- 400 g de Zanahoria
- 150 g de Patatas de guarnición
- 200 g de Puerro
- 50 g de Nabo
- 50 g de Chirivía
- 1 l de Caldo de Puchero o Caldo Blanco, Caldo de Pollo o Caldo de Ave.
- 4 c/s de Aceite de Oliva Virgen Extra
- Sal
- Semillas de Sésamo Negro y Blanco (para el emplatado)
- Orégano (para el emplatado)

ELABORACIÓN
- Trocear la calabaza, desechando piel y semillas.
- Pelar y trocear las zanahorias.
- Limpiar y cortar en rodajas el puerro.
- Pelar y trocear las patatas.
- Lavar y trocear el nabo y la chirivía.
- Disponer en una olla todas las verduras.
- Añadir el aceite y una pizca de sal.
- Verter el caldo y llevar a ebullición.
- Con la olla tapada, cocinar durante 20 minutos, a fuego medio. Si redujera mucho, añadir, sin excederse, un poco más de caldo, o agua en su defecto.
- Una vez tiernas las verduras, triturar hasta conseguir una crema fina y sin grumos.
- Rectificar de sal.
- Volver a llevar a ebullición, un par de minutos.
- Servir la crema en platos o cuencos, caliente o fría.
- Presentar al gusto, con las semillas de sésamo, un poco de orégano o hierba aromática de vuestra preferencia, rociada con un hilo de aceite.


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