Spaghetti con Pimientos y Cherrys de Colores

El Tiempo nos ha regalado casi una semana entera, preciosa, en forma de Primavera anticipada, dimanada de este Invierno inusual, a veces húmedo y gélido, otras tantas, un poquito cálido y seco, que estamos padeciendo debido a los efectos del tan temido cambio climático, y que nos guste o no, es una realidad más que evidente.

Tanto cambio brusco de temperaturas me desorientada en cuanto a menús de diario, no sabe una ni qué poner de comer, pues en siendo un potaje o guiso contundente, en casa no protesta nadie, pero a mí me apetece comer más ligero, alguna que otra Sopa o Crema caliente, templada o fría, me sienta fenomenal, también algo sustancioso como un buen plato de Legumbres, sin pringá, me apetece, pero sobre todo algo que se cocine en un santiamén. Al llegar a casa el cansancio se apodera de mi cuerpo como si estuviera poseída, y como no puedo decir que no a mis obligaciones por responsabilidad, cuando llega la hora de meterme en la cocina, solo para dos, cocinar un buen plato de Pasta, que me alegre cuerpo y alma, no solo por su fácil elaboración, sino por lo saciante y reconfortante que puede llegar a ser, es mi tabla de salvación.

No hay nada más placentero que sentarse a mesa y mantel, pero como no es mi caso, y no tengo a nadie que me lo ponga por delante, no me queda más remedio que hacerlo yo misma, o mi Santo cuando come conmigo; pero me gusta disfrutar de lo que cocino presentándolo bonito, aunque sea para mí sola, no me gusta la comida tirada en el plato, ahí, de cualquier manera. Me gusta disponerlo de manera armoniosa, preparo una bandeja con todo lo necesario, para no tener que levantarme en medio del almuerzo, pienso en todos los detalles por nimios que parezcan, lo disfruto tranquila y me motiva a seguir funcionando el resto del día.

La Pasta con poco que le añada me gusta, tenía reservados para hacer algo especial unos cuántos pimientos mini de colores de los que compré para hacer mis Pimientos Rellenos de Ternera, y que no servían para tal fin pues eran demasiado pequeños; lo que parece increíble es que hayan aguantado tanto tiempo, la calidad es el factor primordial para que la durabilidad sea prolongada, llevando más de un mes en el frigorífico, no se ha estropeado ni uno. Aún me sobraron unos cuántos que utilicé en una ensalada, y para las Lentejas de La Armuña con Manzana que me cocinó mi Santo. 

¡Vamos! Que no se diga que no les he sacado rendimiento, ¡Ja, ja, ja...!

De aquella escapada al hipermecado que os contaba la semana pasada en mi post del Romanesco con Salsa Blanca de Jamón y Coles de Bruselas traje unos tomatitos de colores fascinantes, desde el verano pasado estoy como loca buscando Tomates Amarillos por todos lados para repetir mis platos, y he me ahí que los encontré, como no podía ser de otro modo, me hice con una buena cantidad para darme un gustazo, que una en las cosas del comer no se priva de nada, siempre que sea posible.

El resultado, este impresionante plato de Pasta ligero, sabroso, colorido, un espectáculo para los sentidos, que con un poco del mejor Grana Padano D.O.P. , no os miréis en el precio, aquí no vale escatimar en calidad, es una gozada recién rallado y espolvoreado por encima una vez en la mesa, satisfará el apetito más voraz, de manera saludable, os lo aseguro.

Si os ha gustado, ¿qué os parece si a continuación, os explico cómo se hace? Comenzamos.

INGREDIENTES

• 250 gr de Spaghetti al bronzo
• 100 gr de Pimientos Mini de Colores
• 100 gr de Tomates Cherry Amarillos
• 50 gr de Tomates Cherry Rojos
• 1 Cebolla
• 15 gr de Cebollino
• 50 de Queso Grana Padano D.O.P.
• Aceite de Oliva Virgen Extra
• Sal gruesa
• Sal Rosa del Himalaya
• Agua
• Grissini (para la presentación)

ELABORACIÓN

1. Poner abundante agua en una olla a calentar, cuando llegue a ebullición, añadir un puñadito de sal gruesa e introducir la pasta. Cocer al dente, según tiempo recomendado por la marca, la que he utilizado se cuece en 12 minutos desde que arranca de nuevo a hervir.
2. Rallar el Grana Padano. Reservar en un plato.
3. Lavar, secar y picar finamente el cebollino. Reservar.
4. Pelar y picar en brunoise la cebolla.
5. Lavar y escurrir los pimientos y tomates.
6. Cortar los tomates por la mitad, y los pimientos en anillas.
7. En una cazuela, poner un poco de aceite para sofreír la cebolla, cuando comience a dorarse, añadir los pimientos y los tomatitos.
8. Sazonar con un poco de Sal Rosa del Himalaya. Saltear unos minutos.
9. Escurrir la pasta y añadirla a la cazuela. Mezclar con el salteado.
10. Añadir la mitad del cebollino picado y mezclar con la pasta. Añadir el resto del cebollino por encima una vez en el plato.
11. Espolvorear los Spaghetti con el Grana Padano, en la mesa.
12. Acompañar con unos Grissini y listo para servir.