Coca de Llanda
Desde que tengo uso de razón, recuerdo a mi madre cocinando, en la casa dónde crecí y viví hasta mis 25 años, hacíamos la vida en la cocina porque era amplia, con muebles de mampostería y encimera de mármol de un blanco impoluto, que mantenía limpia como la patena. He contado alguna vez, que en el centro de la cocina, había una mesa de madera enorme, tan pulida por el uso y el paso de los años, que parecía que estuviera encerada. Allí lo hacíamos todo, no solo se utilizaba para comer o cocinar, también al llegar del colegio hacíamos los deberes mientras merendábamos, o pasábamos el rato jugando hasta la hora de cenar los días que no podíamos salir a la calle por la lluvia, como mesa de trabajo cuando mi padre andaba en faenas, y un sin fin de cosas, todo se hacía alrededor de la mesa de la cocina. Una vida como la de cualquiera en los '70, sin problemas ni preocupaciones que, a unas niñas felices, les quitara el sueño.
Uno de los sabores y aromas que todos solemos recordar con nostalgia, son los de los desayunos y meriendas de nuestra infancia, a mí lo que más me gustaba era el aroma en la cocina de nuestra casa, de un bizcocho recién horneado. En días de vísperas a cumpleaños o fiestas, era cuando solía prepararnos algún dulce casero, pero no necesitaba excusas, mi madre que no paraba ni un segundo de trabajar en la cocina, nos hacía unos bizcochos cuatro cuartos, que media a ojo, a cucharadas o con vasos, la verdad es que no sé qué receta seguía, porque nunca le vi un cuaderno donde anotara nada, las guardaba en su cabeza, y que gracias a mi previsión de futuro, fui recopilando para la posteridad. Pero, no sé porqué, la del bizcocho nunca la guardé, y eso que incluso la ayudaba en más de una ocasión a batir los huevos, o sostener el molde mientras vertía la masa, para que no se derramara. Cómo me gustaba la textura suave y sedosa en el paladar de la masa aún sin hornear, cuando a escondidas de mi madre metía el dedo en el bol para rebañarlo antes de ir al fregadero, era la felicidad como preludio del apoteósico final que aquello resultaría. Para hacerlos, que por aquel entonces no teníamos horno, utilizaba una olla bizcochera de aluminio, que tenía una placa para adaptarla al fogón, y a fuego lento se cocían los mejores bizcochos que he comido en toda mi vida.
Hace años que oí hablar por primera vez de la Coca de Llanda, un bizcocho casero, típico de toda la zona levantina, y que según donde los hagan varía de nombre. Pero nunca lo había probado o al menos eso pensaba yo, con ese nombre. Desde que escribo en DBM, lo he visto en muchos de los blogs que sigo, a mí me parecen todos deliciosos, y es que allá dónde vea un bizcochito, me lanzo de cabeza; cada blogger cuenta con razón, que el mejor y más rico siempre era el que preparaba su madre o su abuela, y no me cabe duda que sea cierto, porque como los sabores de casa, ningunos.
Tenía que elegir uno y de nuevo recurrí a mi amiga Victoria | La Tauleta porque buscando en su cocina el Arroz amb Bledes para cocinar mi Arroz Caldoso de Acelgas con Langostinos, me topé con esta receta tradicional, y que ella hace con los ojos cerrados, al instante deseé hacerla porque es sencilla a más no poder, pero me retuvo que en lugar de levadura Royal, que es lo que utilizo siempre en mi repostería, llevara gaseosas con las que nunca había trabajado, pero la ocasión la pintan calva, y poco después me regalaron un lote de gasificante para bollería El Tigre, os lo conté en mi Tortilla de Patatas con Cebolla y Perejil hace unas semanas, así que por fin tuve la oportunidad de elaborar mi primera coca de llanda.
Tenía que elegir uno y de nuevo recurrí a mi amiga Victoria | La Tauleta porque buscando en su cocina el Arroz amb Bledes para cocinar mi Arroz Caldoso de Acelgas con Langostinos, me topé con esta receta tradicional, y que ella hace con los ojos cerrados, al instante deseé hacerla porque es sencilla a más no poder, pero me retuvo que en lugar de levadura Royal, que es lo que utilizo siempre en mi repostería, llevara gaseosas con las que nunca había trabajado, pero la ocasión la pintan calva, y poco después me regalaron un lote de gasificante para bollería El Tigre, os lo conté en mi Tortilla de Patatas con Cebolla y Perejil hace unas semanas, así que por fin tuve la oportunidad de elaborar mi primera coca de llanda.
Una vez metida en faena, me resultó tan familiar la receta, que fue como un déjà-vu, pues me recordó aquellos bizcochos que llenaron desayunos y meriendas de mi niñez, tuve la sensación de estar haciendo y comiendo el mismo que hacía mi madre y es que según ella, no los preparaba con levadura sino con unos sobrecillos de bicarbonato especial para bizcochos, que compraba en el economato de Aviación, que por aquel entonces era lo más parecido a un supermercado y donde podías comprar cosas a precios más económicos que “an’ca Isidoro” el colmado de la esquina; y acabo de descubrir que probablemente eran los mismos sobres, ¡Ja, ja, ja! Así que por fin he conseguido recuperar ese sabor de antaño que tanto anhelaba.
Y ahora, si os apetece saber cómo se hace, os lo cuento con todo lujo de detalles. Comenzamos.
INGREDIENTES
- 3 Huevos
- 1 pizca de Sal Rosa del Himalaya (facultativo)
- 2 Limones ecológicos
- 1 c/s de esencia de Vainilla (facultativo)
- 1 vaso de Azúcar
- 1 vaso de Leche entera
- 1 y ½ vaso de Aceite de Oliva suave
- 3 vasos de Harina de repostería
- 3 sobres dobles de gasificante El Tigre
- 1 Molde rectangular de 26 cm x 20 cm
- 1 hoja de Papel sulfurizado
- Canela, Azúcar glasé o Azúcar blanco, para espolvorear al gusto
- Encender el horno y precalentar a 200 ºC (calor arriba y abajo) mientras preparamos la masa.
- Forrar el interior del molde con el papel, plegando los rincones para que se ajuste a modo de capsula.
- En un bol grande, cascar los huevos. Añadir la pizca de sal.
- Lavar, secar y rallar los limones, añadir la ralladura a los huevos.
- Añadir la cucharada de esencia de vainilla.
- Añadir el azúcar y mezclar con una varilla de repostero, hasta que se disuelva el azúcar casi por completo.
- Verter la leche y el aceite, mezclar hasta ligar bien los líquidos.
- Tamizar la harina con el tamiz e ir mezclando poco a poco para que no se formen grumos.
- Añadir los sobres de gasificantes con el último vaso de harina y mezclar hasta homogeneizar la masa.
- Verter la mezcla en el molde.
- Hornear (calor solo abajo) a 180 ºC/ 5 minutos, bajar la temperatura a 170 ºC/30 minutos y comprobar si está hecho con una aguja transcurrido el tiempo, si fuera necesario bajar la temperatura a 150 ºC/ 5 o 10 minutos más hasta que la aguja salga limpia.
Mis consejos y recomendaciones
- La medida de los vasos será para todas la misma, 250 ml
- Yo los he llenado rasos, dejando un centímetro hasta el borde sin llenar.
- Al forrar el molde con papel, no será necesario engrasar el molde, además se desprende del bizcocho con facilidad, una vez horneado.
- Si vemos que se dora en exceso, tapar con papel aluminio, sin presionar para que no se pegue a la masa, aunque yo no lo he necesitado, como la propia Victoria dice, cada horno es un mundo. Mejor hacerlo según vuestra experiencia con vuestro horno.
- Apagar la parte a arriba del horno al introducir la coca, para que no cree costra y suba la masa sin dificultad.
- Espolvorear con azúcar antes de hornear, si queremos que tenga una capa ligeramente crujiente, pero solo si se va a consumir en el día, porque tiende a humedecerse, aunque sigue estando riquísimo.
- Si no lo hacemos antes de hornear, espolvorear con azúcar, canela y/o azúcar glasé. al gusto antes de servir, y solo si se va a consumir en el día, pues tiende a humedecerse igualmente.
- Es un bizcocho, de miga seca, tierna y esponjosa, que tiende a desmigarse con el paso de los días, aunque en casa bien tapado, ha durado hasta una semana sin estropearse, siguiendo igual de bueno que recién hecho.
La "coca de llanda", la "coca boba" o coca de llimona" es lo mismo. Una receta típica de la repostería valenciana, aquí no hay hogar donde no se haga. Su nombre de coca de llanda que es por lo que más se le conoce, proviene de la bandeja de horno en la cual se realiza, una bandeja de llanda , LLanda en valenciano significa lata, Estas bandejas muy utilizadas y de origen Alicantino pero que toda la Comunidad Valenciana realiza esta receta, y dependiendo de la comarca en la que te encuentres se denomina o coca boba , coca secreta, coca de mida, coca de llimona o coca de llanda. Pero seguro que en todos los hogares valencianos siguen la receta que hacían nuestras abuelas o madres, sin pesos exactos, pero si con medidas de vaso , Con el resultado tan rica y esponjosa como la de tu imagen, un beset Concha
ResponderEliminarExactamente Paloma, es que estas recetas familiares, son las que más fácilmente se transmitían de "boca a oreja" por ese motivo se popularizaban de tal manera que se convertían en recetas tradicionales, ya que se hacían en todas las casas. eso es lo que más me gusta de la cocina casera, por eso me ha gustado tanto hacerla, comerla y por supuesto compartirla.
EliminarGracias por toda la información, que ya conocía, pero siempre viene bien para más de uno que nos lea.
Besitos.
Buenos días, Concha. Vaya sorpresa. La coca de llanda forma parte de mis recuerdos de infancia y de vida. Todas tenemos la receta de nuestra familia e imágenes de una madre, abuela o tía batiendo claras altas y después ese olor especial a canela y limón. Desde que los blogs la han hecho más famosa, se ve de todo, pero la auténtica, es la que se hornea en la lata y con la costra. Disiento en llamarla bizcocho, porque es muy jugosa y no tan alta, el sabor, tampoco es idéntico.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado. El fin de semana pasado, hice yo una sin azúcar, no es lo mismo sin la costra, pero al menos, la disfrutamos.
Tengo una de chocolate "pa quitar el sentío".
Besets y buen domingo.
Tampoco pasa nada por disentir, tampoco es que vayamos a estar de acuerdo con todo, pero a mi parecer esta coca es un tipo de bizcocho, es como si dijéramos que el pan dependiendo del nombre de la pieza, la forma, la harina o el tamaño, lo es o no lo es. O que una paella es un arroz es con cosas, si no se cocina en Valencia, o un gazpacho no lo es si lleva de todo menos tomates, ¡Ja, ja, ja! Solo es cuestión de quien lo haga y cómo lo haga, es la magia de la cocina, que se pueden hacer tantos cambios o modificaciones en una receta, como cocineros hay, y siempre que mantenga la esencia, lo es.
EliminarBesos
Hola Concha!!!
ResponderEliminarQue maravilla de coca, nunca la hice aunque se parece mucho a la bicarbonato gallega que se hace aquí, con una clara diferencia, la manteca de vaca que es lo que la hace especial, ahora ya la hacen con más te quilla y cuando vas a una cafetería para acompañar el café te ponen un trocito de bicarbonato y esa te la ponen con mantequilla, la manteca es más cara, lo entiendo y claro es para acompañar el café y no te la cobran, esta muy buena también eh eh, aunque como te digo lo que la hace especial y con un sabor diferente es la manteca de vaca.
Esta se ve maravillosa, y tiene que estar bien rica, te quedo ideal. Ya te he contado alguna vez que al contrario de tu madre la mía de pasteles nada y en la cocina lo justo, mi abuela, que yo tuve mucha relación con ella aun más justa que mi madre, cuando empecé yo a ser mayorcita y a hacer algún que otro postre en casa estaban encantados je je, yo no recuerdo a mi madre hacer un bizcocho nunca ja ja.
Bueno Concha, voy a ponerme con cosas que hoy creo que tengo el domingo tranquilo. Mario con 2 años y pico ya, hablando todo a medias y es un lio ya que si no lo entiendes se enfada.Mi hija trabajando y cuando no tengo que atender al niño tengo que atender a mi padre, menos mal que el peque por las mañanas hasta las 3 esta en la guarde y el padre cuando tiene el día libre ayuda mucho, aunque la verdad ando a todo trapo siempre je je. ....Besitos y que pases un bonito domingo al lado de los tuyos.
Esther ¡qué envidia! Esa manteca de vaca tiene que ser una pasada, te estoy leyendo, y me imagino el sabor y me muuuero por probarla alguna vez, aquí lo más parecido que podría encontrar sería la mantequilla industrial, que al ir pasteurizada tiene que ser abismal la diferencia. Sin duda hay cosas que hay que comerlas in situ.
EliminarEspero que tu padre se encuentre mejor del sustillo que os dio. Te recomiendo que te "comas" (a besos) ahora al pequeño, que aún se deja, luego se hacen mayores y no hay manera, jajaja...
Besos
Buenos dias de domingo. Yo creo que esta coca, que en mi pueblo se llama torta, la hemos disfrutado todos o casi. La historia que has contado de tus recuerdos de pequeña parecía que era la mía, tan familiar me resultaba. También la vida giraba alrededor de la mesa de la cocina e incluso me acuerdo de esa olla con agujero en medio que hacía las veces de horno. Yo si he visto utilizar las gaseosas del Tigre en preparaciones que se hacían a ojo, tan solo viendo la cremosidad de la masa, que se llevaban al horno de la panadería cuando la llanda era muy grande para conseguir una coca tan hermosa como la tuya. Me pondría a hacer una ahora de buena gana, pero no tengo llanda, a final de mes, cuando vaya a ver a mis padres, me quitaré la espinita. Disfrutadla por mi.
ResponderEliminarUn beso.
Que bueno te sabrá recuperar esos sabores en tu tierra, Lola.
EliminarYo nunca he podido decir, voy a mi pueblo, o vengo de pasar unos días en mi pueblo, porque siempre he vivido en el mismo sitio desde que nací, y aunque mi abuela vivía fuera e íbamos a verla los domingos, estaba tan cerca que no había necesidad de dormir allí, ni de pasar las vacaciones, es lo que tiene ser de ciudad, que lo más cercano a un pueblo, era verlo por televisión, jajaja...
Mi madre si nos cuenta lo de llevar los dulces a la panadería, pero eso fue mucho antes de nacer yo.
Besos
Hola guapa, que delicia nos has preparado¡ mientras leo los blogs el domingo o sábado voy desayunando. Ahora estoy tomando mi café con leche y estoy viendo tu maravillosa coca, y me digo, por que me estoy torturando viendo semejante coca, esponjosa y rica. ???? Y es que te ha quedado genial, auténtica como la de las abuelas. Me encanta las varillas manuales antiguas que has puesto al lado de la coca. Feliz domingo. 😘😘😘
ResponderEliminarMj, ese batidor tiene más años que Matusalén, funciona perfectamente, y sin necesidad de electricidad, le doy mucho uso, porque bate y monta las claras y la nata, que da gusto, jajaja...
EliminarBesos.
Buenos días amiga, que recuerdos de la infancia mientras te leía yo vivía los míos son tan parecidos, en mi cocina no había mesa pero la del comedor hacía todos esos usos y más.
ResponderEliminarMi madre también los hacía en una olla de esas hasta que después comprase un horno y luego los hornease.
Desde luego es un bizcocho delicioso a pesar de estar hecho a ojo, porque al igual que tu madre la mía así lo hacía y de libreta de recetas nada, todo en la cabeza.
Me llevo un trocito de esta coca para mi café con leche, que ayer salí me acosté tarde y se me han pegado las sabanas.
Que tengas un feliz domingo cariño.
Yo creo que esa olla bizcochera era muy popular por aquella época, la de mi madre era a medias con una amiga, y se la intercambiaban, pero estaba más tiempo en mi casa que en la de ella, porque mi madre le daba tanto uso, que incluso hacía bizcochos para regalárselos a sus niños, y claro, su amiga se ponía tan contenta, que nunca tenía prisas por llevársela, jajaja...
EliminarEspero que tu salida anoche haya tenido un final apoteósico, jejeje... Besos.
Concha, entro ya tranquila durante un rato de cotilleo y visitas a mis blogs amigos y me ha encantado leerte, siempre describes todos tus recuerdos maravillosamente, veía ese mármol inmaculado, esas niñas haciendo la tarea y mirando todo para no perder detalle, esos días de lluvia. Tengo recuerdos parecidos de mi primera infancia y siempre con pequeños detalles te asaltan, te vienen a la memoria, te vienen hasta los olores, hay ciertos olores de verano (jazmín o dama de noche) que me acuerdo instantáneamente de los veranos en Montevideo. Bueno, como siempre un placer leerte, querida amiga.
ResponderEliminarTu coca ya la he probado pues una cuñada nuestra es de Levante y tenía unas tías ya mayores que cuando iban a su casa a visitarla en verano hacían tarde sí y tarde no, magdalenas o cocas bobas y también con esos sobres de gaseosa que se traían de Alcoy y que hasta que no llegó la levantina Mercadona no las pude comprar. Esa del tigre la compro en Tarragona y además no puede ser más vintage ese packaging...auténtico. Con la de palabras que tenemos en español y he utilizado dos extranjerismos... ¡ay!
Tu coca, buenísma, me imagino con un buen y gran trozo pasar un buen rato de domingo junto a un té o un chocolate... mejor, chocolate, me pierde.
Mil besos, preciosa. Feliz semana
Para mí no hay nada como el placer de tomar un café, de los buenos, no de esos que te ponen en algunos bares, que de concentrados y espeso, parecen regalíz, en lugar de café, y ya si lo acompaño con un buen bizcocho, y sin prisas, es como estar en la gloria.
EliminarComo no son muchos los ratos de asueto que dispongo, los pocos que tengo, me saben a mucho, y los exprimo al miligramo.
Mi mermoria está llena de buenos recuerdos, incluso tengo muchos con jazmines y dama de noche, para contar, pero eso, eso será otro día, o no.
¡Ja, ja, ja!... Besos.
Yo estoy haciendo una coca pero para comer con pisto 💕💕
ResponderEliminarMe encantan las cocas saladas, la de trempó, es una pasada. Besos
EliminarEs un bizcocho delicioso, que yo aprendí a hacer cuando me vine a vivir a Alicante. Cunde mucho, y es una auténtica maravilla para desayunos o meriendas.
ResponderEliminarA ti, como siempre, te ha quedado espectacular.
Un beso, y feliz domingo, guapa.
Tienes razón Marga, es cierto que cunde mucho, de hecho a mí me ha valido con dos, para satisfacer mi gula bizcochera, jajaja...
EliminarBesos.
Concha esa miga que se ve me encanta , que suerte poder comerse un trozo te quedo de lujo besitos
ResponderEliminarSi Inma, tal como la ves, es, una auténtica locura de rica. Besos.
Eliminar¡¡Hola Concha!! Muchos de Levante hoy para decirte si la coca de llanda es así o asó, ja, ja. Bueno, aquí otra levantina, aunque mi vida valenciana es casi por azar, aunque he nacido en el Levante, he vivido muchos años en él y sigo viviendo, pero también he vivido varios años en La Mancha y sin dejar mi ascendencia andaluza, no me considero especialmente de ningún lado y reconozco que las gastronomías populares no son lo mío, pues realmente no conozco bien ninguna, pues ya sabes que me crié en un pueblo sin costumbres, y mi madre, justo en la época que yo empecé a tener más conocimiento, empezó a hacer comidas más "modernas" y empezó a dejar de lado un poco sus guisos tradicionales. Tampoco adoptamos los de La Mancha, todo el tiempo que vivimos allí y tampoco he adoptado los de la Comarca Utiel-Requena, que es donde vivo ahora, donde su gastronomía se mezcla entre la valenciana y la manchega.
ResponderEliminarPero sí conozco la coca de Llanda, que como bien te ha dicho Paloma, es porque se hace en una Llanda que por aquí venden de muchísimos tamaños. Y yo las que conozco, se hacen todas con papelillos de gaseosas, porque como bien dices, en cada casa tienen su receta de antaño, y la levadura royal, no estaba en todas las casas, mientras que los papelillos, sí. Disiento con Marisa en lo de que esta coca es bajita, es cierto que la llanda es de poco centímetros de altura, pero yo las he visto enormes y gordotas, más tipo a la tuya. Y es que en muchas pastelerías de Valencia, las hacen en llandas enormes y salen grandes y esponjosas. De hecho, me recuerda mucho a las Fallas tu coca, aunque está todo lleno de buñuelos de calabaza, que es lo típico, como a mí no me gustan (son muy grandes y cogen mucho aceite), cuando vamos a una de las chocolaterías más famosas de la ciudad, que justo está en mi calle (fíjate si es famosa que en fallas tienen que poner hasta un guardia de seguridad y la cola tanto para entrar como para llevar a casa es de una hora de espera o algo más), yo con el chocolate siempre me pido un trozo de coca de llanda, y es enorme, me la como a parte del chocolate porque si la mojo en él, no tengo ni para empezar de lo gorda que es la coca.
Este año voy a echar mucho de menos esa coca de llanda pues este año no voy a poder ir Fallas, por lo menos a Valencia, y lo voy a echar mucho, mucho de menos, pero el trabajo manda. Bueno, tal vez el día 19 nos acerquemos al pueblo de al lado al nuestro que también hacen fallas, pero claro, el ambiente no es el mismo y no tienen coca de llanda, ja, ja.
Yo veo tu coca maravillosa, Concha, y si la receta es de Victoria, ella creo que si es de Valencia ciudad, y seguro que también ha visto la coca gordota como yo.
Los recuerdos de tu infancia, son bonitos y felices, pero es que la infancia es tan inocente, luego crecemos y las cosas nos vienen como vienen, a ratos buenos, a ratos no tan buenos, pero disfrutando cuando todos los nuestros aún están, después, las cosas van cambiando, pero siempre nos quedarán esos bellos recuerdos. Besitos.
Isabel creo que si conocieras a mi Santo, haríais muy buenas migas, le pasa lo mismo con el arraigo a la tierra, yo soy más bien algo chovinista en mi sevillanía, pero luego se me pasa en cuanto salgo fuera de mi ciudad y abro horizontes, jajaja... Que comer lo de casa, como se hacía antaño está muy rico, pero que también en la calle encuentras sitios fantásticos dónde sentir momentos de felicidad absoluta, como lo que sientes tú, en esa pastelería de tu calle en Valencia, ¡madre mía! Lo que yo daría por pillar una al lado de mi casa, que aunque tengo un primo pastelero, no son dulces tradicionales precisamente los que hace, por eso ¡me muero , me muuuuero! por hacerlos en mi casa, y si tuviera la suerte que tienes tú, yo también repetiría coca, por muy gordota que fuera, que una en las cosas del comer, ya sabes que no reparte peras con nadie, jajaja...
Eliminar¿Sabes qué? En Sevilla, en la cuesta Rosario (una calle del centro, muy famosa y concurrida) había una ferretería, de las de toda la vida, muy famosa, hasta hace un par de años que se mudaron a una zona más moderna, y ya no pilla a mano, pero allí lo encuentras todo, es como un Amazon real, del menaje de cocina, y precisamente allí he visto esas llandas a las que haces mención, las venden por nº, según la medida, y muchas veces las he tenido en las manos a punto de comprarlas porque precisamente son muy económicas, y al final no lo hacía porque sino mi Santo me mata, en mi cocina no cabe ya ni un alfiler, cuanto más una nueva bandeja para repostear, jajaja...
Siento que este año te pierdas las Fallas, pero es algo que se repite cada año, y si este no puedes, el año que viene Dios dirá.
Besitos, gracias por la disertación, no disertación, jajaja... ¡Me encanta!
Nunca he preparado coca de llanda Concha, pero te aseguro que después de ver tus fotos me han entrado unas ganas locas de hacerla. Pocas cosas me gustan más que un bizcocho casero y esta coca tiene pinta de estar riquísima. Besos!!
ResponderEliminar¡Ea! Pilar, pues ya estás tardando, Jajajaja..., que no será porque la receta no es fácil, sin necesidad de TMX, ni batidora, ni robot de cocina, con tan solo un vaso, un bol y unas varillas, lo tienes listo en un plisplas.
EliminarYa me contarás. Besos.
Que bonitos los recuerdos de la infancia ,mientras te leia me identifique con varias cosas como esas mesetas de marmol blanco tan bonitas que hoy es raro ver en una cocina asi como todo giraba entorno a la cocina en mi casa tambien se hacia todo en la cocina y aunque teniamos televisor en el salon pasabamos mas horas en la cocina que alli.
ResponderEliminarMi madre tambien tenia y aun tiene esa olla y ahora con la vitroceramica no la puede usar pero cuando a mi marido se le antoja su bizcocho , que no es otro que el de yogurt de toda la vida pero que en esa olla sabe a pura gloria, se va a su casa y se lo hace en una cocina de gas butano que tiene en la terraza .
La coca de llanda o coca boba la descubri hace unos años en un libro que me toco con otras cosas en un sorteo de Monica de Saboreando las estrellas y desde entonces la he hecho muchas veces de varias formas siguiendo las recetas del libro.
No dudo lo mas minimo que esta tuya este de muerte relenta no lo siguiente no deja de decirme comeme.
Bicos mil y feliz inicio de semana wapisimaaaaa.
¡Qué suerte, Chus! Yo adoraría tener una olla bizcochera, nunca he tenido, ni quiero tener vitro, ni inducción, me gusta más el gas para cocinar, sin embargo en casa de mi madre si tenemos inducción, por seguridad, así que yo sin duda le daría un buen uso a la olla de tu madre, ¡vamos! Que yo fuera tú, no veas la de fotos que pondría en el blog con ella, ya sabes que yo en cuestiones fotográficas soy bastante extensa, Jajajaja.
EliminarBesos.
Que ilusión Concha, gracias por elegir mi receta, para mí es todo un honor además es cierto que es una receta que se encuentra en muchísimos blogs, mil gracias cielo de corazón.
ResponderEliminarComo bien dicen en algunos comentarios anteriores en estas recetas tan populares hay tantas versiones como familias las realiza, cada uno amolda la receta a sus necesidades y gustos y esa es la cocina que más me gusta.
Que maravilla de coca!! te ha quedado perfecta, húmeda, esponjosa y con tu toque personal de la vainilla, ese toque que siempre das a todo en tu cocina, el sello de DBM.
Un beso enorme!!
Gracias a ti Victoria, por ser mi maestra, tienes un estilo de cocina con la que me siento identificada, y muy a gusto, por eso pasear entre tus recetas es un placer, y un honor poder compartir algo tan buenísimo como esta Coca, cocinando con tus maravillosos consejos, es imposible fallar, cuando se sigue la receta adecuada todo son alegrías.
EliminarBesos y nos vemos pronto en tu cocina.
Que recuerdos tan bonitos Concha , en mi casa también teniamos una mesa en el centro de la cocina que servia para todo , y grande por que eramos muchos .
ResponderEliminarLa coca me encanta ,te ha quedado con muy buena pinta , se ve un bizcocho muy jugoso , aunque se desmige un poco con los días no importa , ami me gusta ir pescando las miguitas con el dedo ,mi abuela preparaba un bizcocho parecido en una lata baja y grande en el horno de leña , al menos ella lo llamaba bizcocho ,imagino que dependiendo de la zona tendrá un nombre u otro y en Guadalajara y Madrid era lata y bizcocho ,pero lo importante no es como se llame si no lo bueno que esta
besitos
¿Lo ves Mary?, si es que esta Coca tiene tradición en todos los sitios de España, pero no quiero quitar protagonismo a la valenciana, por supuesto es una Coca excelente, sino que es tan igualmente semejante a la de nuestras casas, que buen podría ser la que hiciera mi madre.
EliminarBesos.
Qué poder tiene la comida que a través de ella nos acerca rápidamente a felices momentos anteriormente vividos , de los que nos dejan huella, principalmente en nuestra época infantil .
ResponderEliminarYo también recuerdo esa olla de hacer bizcochos que se ponía al fuego de la cocina de gas . Mi madre tenía una y todas las semanas nos preparaba un rico bizcocho que nos sabía a poco, qué recuerdos.
Esta coca se ve espléndida, te ha quedado ideal y ya me puedo imaginar como la has saboreado.
En mi casa duraría un suspiro , estoy segura de ello.
Un abrazo Concha .
Bego es que es así, nuestras madres, la mayoría porque algunas se las fuman en pipa, Jajajaja..., nos parece siempre lo mejor, hasta que nosotras comenzamos a tener la sartén por el mango, entonces lo nuestro siempre es lo más rico, o no, Jajajaja...
EliminarBesos
Hola, ya he llegado, madre mía, ando corriendo un poco estos días. Yo encantada de ver, aunque sólo pueda hacer eso, ver las fotos de esta coca. Me parece que te quedó húmeda y con esa costra agrietada que le pone el toque tan especial. Yo muero por un buen bizcocho, o coca o cualquier dulce casero que me huela y me sepa a mi hogar. Tú lo has conseguido. Mil besos!!!
ResponderEliminar¡Si, si, corriendo! En quinta marcha, diría yo, Jajajaja...
EliminarSeguro que en tu casa no falta un bizcochito a la hora del café, yo me apunto con gusto.
Besos.
Hola Concha, ayer te escribí pero creo que desde la tablet, anonimo, lo mismo no he pasado el filtro y te ha ido a spam.
ResponderEliminarBueno la coca es perfecta para merendar, que me da hambre de verla, cualquier día me animo a preparar una. Besos.
Silvia no hay ningún comentario tuyo en Spam, solo este, a veces estas cosas pasan, y nos quedamos ¡plof! Jajajaja... Besos.
EliminarDa gusto leerte, Concha! expresas tan bien todas esas sensaciones en la cocina, y de la niñez, que por lo que veo muchas nos identificamos a la vez... (mi madre también nos hacía bizcocho casi todas las semanas en la cacerola-horno, como la llama ella, y con los sobres de gaseosa, qué recuerdos más bonitos!)
ResponderEliminar¡¡Un placer ver tu coca, con ese aspecto tan magnífico por fuera y su miga tan tierna y esponjosa por dentro!! uyyy, qué antojo de cogerte un buen trozo ;-)
Besos
Gracias Esther, es que te aseguro que a mí me pasa lo mismo, no puedo evitar que me den ganas de hacer otra Coca, como ves han sido dos seguidas, y tampoco quiero que en casa se cansen por tanto repetir, pero me da a mí que esto tiene que ser como al que le gusta comer pan con la comida, pies yo tomaría bizcocho a todas horas con mi café, Jajajaja...
EliminarBesos.
Una coca de diez.......aquí me tienes con la servilleta debajo de la boca
ResponderEliminarMe ha encantado tu entrada tan bonita y que me trae muy buenos recuerdos
Me llevo un trocito si te ha quedado alguno...jjjj
Besitos¡¡
Gracias Victoria, es inevitable, hemos crecido todas más o menos en la misma época, donde nadie era más que nadie, y todos disfrutábamos de las cosas más sencillas. Besos.
EliminarHola Concha...
ResponderEliminarque digo yo... con tantas visitas al blog ya no quedaran ni las migas de esta coca.
Me ha encantado el relato y me ha enamorado ese artilugio de batidor, que es una verdadera joya, la primera vez que lo veo... una maravilla.
Mira... me ha llegado al alma cuando describes la encimera de mármol de un blanco impoluto... que casi podría decir que es de mi tierra... que casi toda Andalucía, Alicante y Valencia ha tenido encimera o tableros de mesa de nuestro mármol, e incluso los fregaderos de muchas casas eran de mármol blanco de Macael.... a ver si pongo alguna foto de ellos.
Relatas la entrada como si viera mi infancia, en casa también hacíamos la vida en la cocina. Teníamos una chimenea y en época de frío los domingos mi madre la tenía encendida y en ella preparabamos unos desayunos , que qué desayunos...que un primo mío le decía a su madre... que en mi casa almorzabamos en el desayuno...jjjj.
La olla bizcochera también la teníamos, lo que no sé si la conservamos, un día iré a rebuscar cosas, que aunque la casa está vacía tiramos algunas cosas.
Esta coca es una delicia, nosotros si hemos cocinado mucho con las gaseosas del tigre, de hecho aún las utilizamos en numerosos postres tradicionales... es más en numerosas ocasiones nos la tomábamos para que hiciera el mismo efecto que la tónica... después de un atracón de comida... un vaso de agua con un sobre doble de gaseosa y te quedas como nuevo...
Vamos como el bicarbonato o el almax que tomamos ahora, pero con burbujas, haciendo expulsar los gases...jjjj, la de veces que habré tomado una gaseosa de esas...jjj
Te han quedado unas fotos preciosas, y menudo como te lo has currado con la gran exposición fotográfica que nos dejas.
Una coca con un corte delicioso.
Un beso enormeeee.... gracias por hacernos disfrutar con entradas como ésta.😚
Puri, la ventaja de la blogosfera es que pongas lo que pongas, nunca se agota, Jajajaja..., siéntate a gusto, que te corto un trocito, y te lo comes mientras tanto.
EliminarEfectivamente dices bien, el mármol utilizado en mi casa era de Macael, mi padre era albañil de joven, y siempre mencionaba Macael como el mejor mármol blanco y sin vetas, yo que por aquel entonces era muy chica, no sabía que era un pueblo, pero se me quedó grabado tanto, que cuando hice reforma en mi casa, elegí mármol blanco de Macael para la encimera de mi baño, y la cuido como oro en paño, porque es preciosa. Y eso que el marmolista quería meterme mármol italiano, pero la blancura del de tu pueblo es incomparable. Me alegra que te haya gustado, si llego a recordarlo antes, lo hubiera mencionado con gusto.
Lo de las gaseosas lo he descubierto a raíz de este regalo que me hicieron los de El Tigre, y aunque nunca tengo problemas de reflujos, bueno es saberlo, porque a veces no me pilla con tónica en casa, y la verdad que tener recursos como este, siempre vienen bien.
Besos, pasa un buen día, seguro que en tu pueblo hoy hace un día de sol radiante.
Hola Concha!!
ResponderEliminarQué recuerdos más bonitos el que nos cuentas.
Cuando has descrito la cocina de tu infancia me venía a la mente la de mi abuela, que vivía debajo de nosotros. Allí estábamos mis hermanas y yo siempre metidas.
La cocina también era muy grande y cuadrada y tenía una mesa también cuadrada enorme en el centro. Cómo recuerdo sus croquetas!! Me acuerdo que mientras las preparaba yo entraba y salía de la casa mientras jugaba para ver cuando estaban ya las primeras fritas. Aveces ni esperaba y que las comía sin freír jeje.
Como dices, por la blogosfera hay muchas coca de llanda, pero esta tuya se ve muy jugosa y con un grosor impresionante!! Cómo disfrutaría con un buen trozo en mi mano :)
Besos
¡Ayomá! Esas croquetas de tu abuela, es que me las estoy imaginando, y se me hace la boca agua porque a mí también me gustaba coger pequeños trocitos de la masa, mientras mi madre las empanaba, y mi madre nos regañaba sonriendo, porque en el fondo ella hacía lo mismo, Jajajaja...
EliminarBesos.
El tema de los nombres suscita siempre muchos comentarios, jajaja. Estoy leyendo arriba que si es o no bizcocho, que si se llama así por la lata (llanda) o si es demasiado jugoso o no para ser bizcocho... total, a mi me da igual, francamente. Aquí a todos los bizcochos se les llama coca, pero también se les llama coca a las que se hacen con verduras que no tienen nada de bizcochos. Personalmente y obviamente en la intimidad (cuando publico procuro poner el nombre que toca) los llamo bizcochos y punto, jajaja. Lo importante es lo que parece, y Concha, esas fotos hacen babear, vale? Yo pongo el café o lo que quieras y damos buena cuenta de él y hablamos sobre cómo lo llamamos, si es que eso importa. Al final lo que queda son los recuerdos en la cocina, por supuesto, la pieza más importante de una casa en mi opinión, donde mejor se disfruta de un café, un bizcocho y una buena conversación.
ResponderEliminarUn beso, guapa, que tengas una buena semana.
Ya ves Nuria, hoy en día, cuando tanto nos gusta utilizar nombres importados de cocinas internacionales, que si Bundt Cake, que si Layer Cake, que si patatín, que si patatán, nos echamos las manos a la cabeza por si es Coca o no, aunque todos sean bizcochitos suaves, tiernos y esponjosos, más que le valga al más pintado, Jajajaja...
EliminarBien pensado, ese cafecito me vendría divino, ve poniendo el mantelito, mientras yo corto dos Buenos trozos para disfrutarlos. Besos.
¡OOOOOHHHHHHHH! y por queee no habré podido venir yo antes... que seguro que ya no queda ná, de esta maraviiiilla... ¡Hola Concha! Pedazo de bizcocho que te has marcado... que te voy a decir hija mía... si él habla por si solo, con este trozo... que se le saltan las migas de la alegría, solo de verlas!!
ResponderEliminarNada como un bizcocho casero y hecho con amor... para devolvernos la felicidad absoluta, de tiempos pasados... Mi madre nunca ha sido muy cocinillas... ella se pasaba las horas entre telas, hilos y agujas... pero los bizcochos sencillos de hacer, como el de las medidas de yogur... les salían deliciosos...
A mí, no hay bizcocho que no me guste... y esta coca de llanda, le tengo muchas ganas desde hace tiempo... así que queda requisada, para mi larga lista de pendientes... Cualquier día cae!! Un beso.
Elisa cielo, a ti seguro no te falta algo dulce en tu cocina para satisfacer el deseo por pillar un trocito de esta coca, jajaja..., pero no me puedo creer que con lo que tú tienes corrido en el mundo repostero, aún no hayas hecho una, te adelanto que es adictiva, proque se hace en un periquete, y da mucho de sí, así que vas yendo a la cocina por un cachito y por otro, y por otro..., y así hasta terminar con el enterito, jajaja... Besos.
EliminarQue bien te ha quedado esta coca y la verdad que me encanta como ha quedado y con la esponjosidad que tiene.
ResponderEliminarToda estas cocina de abuela o madre hay que decir que ni de las mejores cocina de hoy en dia no tienen ni punto de comparacion. Desde mi punto de vista tenemos que decir que el mas importante era con que mimo hacian todo lo poquito con que contaban en aquellos dias para cocinar.
Pero tambien podriamos decir que era la materia prima en el que cualquier verdura, carne, pescado, fruta, etc etc no era igual que hoy en dia.
Besos
Tienes razón Jose Carlos, ya nada es como antes, ni los sabores ni los aromas, pero a veces te topas con recetas como esta, que es una maravilla, sobre todo cuando descubres al primer bocado que has recuperado todas esas cosas que tanto se echan en falta. Besos.
EliminarMi querida Concha vengo tremendamente tarde, y no de días, sino tarde de semanas, pero hoy traigo (o eso creo) el tiempo suficiente para pararme en tu cocina y merendar esta maravillosa coca. Receta que por cierto lleva mil en mis pendientes y a la que nunca le llega el turno.
ResponderEliminarSi hay algo que de verdad eche en falta es haber tenido/tener una cocina lo suficientemente grande como para hacer vida en ella. Es algo que siempre me ha fascinado, tipo Médico de Familia ¡allí había más tráfico que en la Gran Vía Madrileña! así que leer tus recuerdos ma ha parecido de lo más grato y no me ha costado imaginarme pasando el rato apoyada en aquella mesa tan lustrosa por el paso de los años y hasta he podido percibir los aromas de esas recetas que a lo largo de los años has ido compartiendo con nosotros.
A esos sobres se les ha conocido popularmente en muchas casas como gaseosillas.
Me guardo tu receta y con tu permiso me llevo un trozo a pesar de ser la gran desaparecida de vuestras cocinas este año.
Vengo a ponerle remedio, espero que dure mucho tiempo
¡Besos mil!
Cuca no me puedo creer que tú no guardes en tus dulces secretos esta coca, si es lo más rico del mundo mundial, y a fácil no hay quien le gane, te adelanto que cuando lo hagas tus pequeñas lo van a disfrutar como nadie, porque no hay nada que guste más a los niños que los bizcochos sencillos, al menos en mi casa, que puedes poner la tarta más hermosa y sofisticada que te puedas imaginar, que al final los niños solo quieren bizcocho, incluso uno de mis niños dice siempre: ¿Es que es tan difícil hacerlo sencillo? Así de simple, ¿cómo te quedas? Jajajaja...
EliminarBesos y gracias, siempre valoro con nota alta tus visitas, jajaja...
Yo casi no llego...traigo café queda algo😮? imagino que nada ya, a estas alturas...🤦♀️Decirte mi querida Concha que casi siempre tenemos recuerdos que se nos reviven con olores o sabores pero ahora a mi se me vienen con esa mesa....mi abuela tenia una que solo la usaban para amasar bien fuera pan u otras masas...y ya luego en casa de mi madre ya se pasó al mármol blanco impoluto. la llanda como no la haga yo....creo que no me queda otra😂besinos wapa
ResponderEliminarHola Concha! No sé si sabes.que esta coca de llanda o coca boba también es una de mi infancia, me has transportado a ella al igual que a ese libro que nos gusta a las dos "El buscador de conchas" al describir esa mesa de cocina que creo que casi todas la recordamos igual.
ResponderEliminarLa coca te ha quedado genial, por aquí esos sobres además de utilizarse para repostería, también se añadían al agua, así se hacía el agua con gas.
Respecto a lo de anotar las recetas que hacían nuestras madres o abuelas, no sabes lo que me ha apenado a veces y no sé sí te acuerdas que to recuperé la de manzana también de casualidad, pero tengo unos cuantos rec6sin receta, tendré que echarle imaginación y lanzarme algún día.
Me alegra que hayas recuperado un cachito de tu infancia y que además sea también con un cauce la mía.
Un besazo preciosa
[tuve que partir este mensaje en dos plop!!*]
ResponderEliminarConcha esta vez hice un pare total antes de responderte y venir a tu cocina y plop!! Plop!!!!, no llegué a comentarte. Me acuerdo de haberla visto y haciendo memoria, por estas fechas me encontraba haciendo las maletas para regresar a casa y así pasaron los días y no llegué a leerte.
Esas descripciones de los tiempos de antes donde las familias eran numerosas (mi padre el menor de 18; ya por el lado de mi abuela materna 5 hijos). Esa descripción de cocina con su larga mesa me recuerda las descripciones que hace mi padre (él un bebe y su hermano mayor ya casado y con hijos). Pues que bonitos recuerdos y qué gran manera de hilar esta historia de tus recuerdos. Remembrar esos sabores de madres, abuelas, tías..., (eso me pasa en mi caso con unas arepas que un día probé en el pueblo de mis abuelos, cuando fuimos a visitar a una hermana de mi abuelo que a su vez era esposa del hermano de mi abuela..., que rollo el que cuento para describirlo de manera más sencilla eran primos ellos y mis abuelos también; aquellas arepas eran una cosa loca deliciosa entre dulce y salada con un queso que se derretía y en mis recuerdos recónditos ese sabor de aquella arepa nunca lo he vuelto a sentir..., tendré que intentarlo hasta conseguirlo).
Pues ese déjà vu que has tenido con el sabor de esta coca es creo un tesoro que ahora tienes para sumar a ese cuaderno de recetas de tu madre este manjar que te recuerda sus bizcochos. Y es que es solo leer todo el sentimiento que ha despertado tu coca de llanda y todos esos recuerdos maravillosos. Ir a la cocina de Victoria es disfrutar de detalles, de grandes recetas y de una cocina preciosa.
Comparto junto a Cuca el sueño por tener una mesa grande y también una mesada de mármol blanca e inmaculada, ohhh cuanto amor se siente en cada rinconcito lleno de alegría de tus recuerdos de infancia, que transmites hasta el día de hoy con todo mi bonita.
ResponderEliminar...De las términos y tradiciones soy como Isabel, un poco andariega mucho quizás, a tal punto que no me siento de ningún lugar, que me encanta eso sí descubrir cómo una chiquilla que va caminando sola por la playa algún tesoro debajo de alguna roca escondida o quizás de una hermosa concha y descubrir tantos tesoros.
De nombres la verdad es que ahí se entra en terrenos complejos, muchos desde sus miradas por guardar con recelo esas tradiciones y nombres pues buscan que no se alteren sus recetas o sus denominaciones; yo pienso un poco como tu la verdad. Porque siendo puristas sencillamente no podríamos hacer tantas y tantas recetas por cuestión de moldes, ingredientes locales, y así..., ahí tenemos que caminar un poco como si fuéramos sobre huevos, para no herir susceptibilidades.
Muchas veces dejo de hacer preparaciones de tradición porque por más hacer terminas crucificado Jajajaja me ha pasado con recetas italianas. Como bien me lo has dicho cada receta ya cuando la preparas en casa se hace tuya (que si no, muchas arepas no serían arepas, muchos tacos tampoco. Ni gazpachos, ni paellas, ni tantas y tantas recetas que se hacen, se intentan desde lugares cercanos hasta lugares al otro lado del mundo)Es impresionante ver el cruce de perspectivas, miradas y experiencias con respecto a una receta (y es que pasa con todo...), para saber que lo más bonito es compartir, saber que en mi mundo ideal no hay barreras, ni fronteras, ni cierres de caminos, quizás por ser un ave de esas que han vivido aquí y allá, piensa que aunque sí hay variaciones en este caso ( haciendo referencia al tema de recetas; pero que se vale para todo..,); pues en cada lugar se han apropiado de las preparaciones con más o menos ingredientes, con x o y molde, con tal o cual nombre..., para saber que la historia de las recetas viene del devenir de los pueblos, del cruce de generaciones de caminos de historias que tienen una misma raíz y que muchas veces resulta ser lo mismo (pero diferente y bueno...).
Pues ya la disertación estuvo servida, me encanta aportar y disfrutar de los saberes, de tradiciones de imaginarios y de delicias.
Tu coca se ve maravillosa, yo también la definiría como un bizcocho con su textura esponjosa, sus aromas mágicos que te han llevado a sentir los más deliciosos recuerdos de tu madre con aquella olla y todo lo que en ella hizo.
Mil perdones por venir a estas horas a tu cocina.
besitos
¡Madre mía, Nati! De mil perdones nada, sino todo lo contrario, soy yo quien te da las mil gracias por pasar siempre por mi cocina, sin prisas, disfrutando y deleitándote en lo que comparto. Es un placer leerte, siempre aportas ideas, sentimientos y puntos de vista interesantes, sé que no es fácil para todo el mundo expresar con palabras lo que nos pasa por la cabeza, pero es que contigo me siento tan identificada, que adoro tus visitas, y todas estas conversaciones virtuales, que de manera indirecta son como si realmente estuviéramos sentada frente a frente.
EliminarCuando llevamos tantos años compartiendo comentarios, al final se tiene esa sensación de conocernos en persona, aunque físicamente no lo hayamos hecho, pero si alguna vez existiera esa posibilidad, ten por seguro que sería como si nos hubiéramos visto toda la vida, al menos es la sensación que he tenido en las ocasiones que he conocido realmente a otras bloggers. No existen diferencias de ningún tipo, ni barreras de edad, ni nada de nada, lo importante es que tenemos esta pasión por la cocina, y una vida llena de recuerdos asociados a la comida y la buena mesa.
Quizás yo no haya vivido más allá de mi Sevilla natal, he viajado mucho, pero de turismo, y no sé si eso es comparable, por supuesto que en una mínima parte, a lo tuyo, vivir en muchos sitios distintos, pero el ser abierta de miras y perseguir en un futuro din barreras, con vidas en la igualdad y sin prejuicios, es algo intrínseco a la persona y sus circunstancias, yo desde luego lo soy, para mí no hay limitaciones, ni pretextos para diferenciar a unos de otros, todos somos iguales ante los ojos de Dios y seas creyente o no, eso es así, lo quieran algunos o no.
Me cansan los puristas, afortunadamente no soy de las que degollaría a nadie por cambiar el nombre de las cosas, o por hacerlas diferentes, si hubiera un poquito más de humildad y menos prepotencia, todo sería mucho más bonito. En fin, a buen entendedor, pocas palabras bastan, porque a falta de pan, buenas son tortas, Jajajaja...
Gracias mi Nati Preciosa, por venir a estas horas y cuando quieras, ya sabes que tienes las puertas de mi cocina virtual y real siempre abiertas para ti.
Besitos de todo corazón ❤️
lo sé!!!!!!!
Eliminarmuak!!!!!!!!!! ❤️
Me encantan esas cocinas con el mármol blanco y la mesa grande de madera para trabajar, no hay nada mas hogareño que eso, será porque también´´en soy de la generación delos 70. En cuanto la coca de llanda es típica aquí en la Comunidad Valenciana, tiene diferentes nombre como tu cuentas dependiendo de la comarca donde te encuentres la pueden llamar coca de llanda, coca mida, coca boba, coca secreta, coca de llimona, y coca mal feta. Pero su nombre de coca de llanda viene por el recipiente en el que se hace está hecho en una placa de horno, de llanta en valenciano llanda. n beset
ResponderEliminarGracias Paloma. Besos.
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