Flan de Vainilla al Caramelo

Hoy, día 1 de mayo, se celebra el Día Internacional de los Trabajadores, coincidiendo que es primer domingo de mayo, en España celebramos el Día de la Madre, y si a todo esto, le sumamos que en Sevilla celebramos esta semana la Feria de Abril, aunque toque hacerlo en mayo, no me digáis que no es la ocasión perfecta para que yo, sin tener mi vena repostera activa, os muestre estos deliciosos flanes, que no os voy a mentir, no los he hecho para hoy, sino que los preparé las pasadas navidades, para comer en familia.

Y hablando de la Feria de Sevilla, para quienes aún no lo hayáis visitado, el viernes pasado, coincidiendo con una nueva publicación en El Club de la Tortilla Perfecta, contando con la colaboración y beneplácito de mi querida Lola Martínez | Con Sabor a Huerto  hablé sobre esta popular fiesta en una entrada la mar de entretenida y que os recomiendo, si deseáis disfrutar un rato de alegría, no os perdáis por nada del mundo.

Y volviendo a nuestros flanes, deciros que para mi gusto el flan es uno de los postres clásicos más deliciosos por excelencia, en casa solo los hago en ocasiones especiales, porque me gusta preparar un montón una vez que enciendo el horno, aunque son fáciles de elaborar, no es un postre para tomarlo todos los días, mejor de tarde en tarde y sin contar calorías, ¡ja, ja, ja...!

En menos de una semana los preparé dos veces, la primera para el postre de Nochebuena, y como a todos les gustó tanto, volví a repetirlos para la cena de Fin de Año, en ambas cenas fueron todo un éxito, quedaron perfectos. Para la presentación de Nochebuena utilicé arándanos y fresas, para fin de año los presenté con unas cerezas riquísimas espectaculares, que compró mi hermano a precio de oro, y que nunca mejor dicho, fueron la guinda del pastel, como colofón a una comida fabulosa, que después de dos años, disfrutamos en familia.

Como os decía, solo preparo flan en fechas señaladas, momento en que no suelo hacer sesiones blogueras, pero hace años que deseaba compartir esta sencilla receta, para ampliar Lo más dulce de mi recetario. Cuando estaba emplatando el postre, este se veía tan rico que aproveché para hacer un par de fotografías, no son ideales porque están tomadas de noche, en la mesa de la cocina, con luz directa fluorescente que he tenido que matizar un poco para quitar el exceso de brillo, pero las imágenes sí son lo suficientemente explícitas como para desear meter la cuchara.

No he demorado la publicación de estos flanes por casualidad, lo he hecho a propósito ya que miré, en el calendario que coincidiera una fecha festiva con un domingo, mi día de publicación. Pero no quería que fuera una fecha cualquiera, precisamente pensé desde que los estaba horneando, en el día de la madre, porque para mí significa mucho, a pesar de que la mía ya no esté conmigo, es inevitable pensar en lo golosa que era, cada vez que preparo algo dulce, y el flan de vainilla le fascinaba, cuando, antes de ser yo quién cocina en casa, era ella quién lo preparaba todo sola, y sin necesitar ningún motivo especial para hacerlo, mi madre era infatigable, se metía en la cocina a la primera ocasión a hacernos sus mejores dulces, en cuanto tenía un excedente de huevos de nuestras gallinas felices, allá que se arremangaba, sin ningún tipo de pereza para repostear (al contrario que yo, que últimamente estoy que ni yo misma me reconozco ¡ja, ja, ja...!) Ya ha pasado un año, un mes y dieciséis días desde que se fue, pero la sigo echando tanto de menos que me duele como el primer día. Me prometí que no iba a volver a 'llorar' su ausencia en ningún post, pero hoy quiero rendir homenaje a la mejor madre del mundo que fue, probablemente los que habéis pasado por esta situación, entendéis sobradamente como me siento, esto nunca dejará de doler, aunque la tristeza se va atenuando, y cada día el hablar de ella, se convierte en recuperar recuerdos entrañables que dejaron huella en mi vida.

Comenzamos.

INGREDIENTES (para 12 flanes)

• 1 l de Leche Entera
• 7 Huevos M
• 300 gr de Azúcar
• 2 c/s de Esencia de Vainilla
• 12 moldes (flaneras) de acero inoxidable o aluminio
• Una fuente de hornear
• Agua

Para el Caramelo

• 150 gr de Azúcar
• 30 ml de Agua

Para el emplatado

• Nata montada
• Hojas de Hierbabuena
• 36 Cerezas

ELABORACIÓN

Hacer el Caramelo

1. Poner el azúcar en un cazo, añadir el agua.
2. Poner al fuego. Remover con una cuchara de madera hasta que el azúcar se haga líquido.
3. Cocinar a fuego fuerte hasta que el azúcar comience a dorarse. Retirar del fuego cuando tome color de miel, antes de que oscurezca demasiado, para que no se queme, el calor residual terminará de volverlo oscuro por completo.
4. Verterlo con cuidado (porque quema mucho) en el fondo de los moldes y dejar enfriar.

Hacer el Flan

1. Precalentar el horno a 250 ºC, calor arriba y abajo.
2. Poner en un bol el azúcar.
3. Añadir los huevos y la vainilla. Batir.
4. Añadir la leche. Batir.
5. Retirar la espuma que se forme en la superficie.
6. Disponer las flaneras en una fuente de hornear.
7. Rellenar hasta el borde, con el preparado del flan, con ayuda de un cacillo, las flaneras.
8. Llenar la fuente de agua fría, hasta unos tres cuartos de la altura de las flaneras.
9. Tapar la fuente con papel de aluminio para que haga de tapadera, esto ayuda a que no se quemen los flanes, ni se forme costra por encima.
10. Introducir la fuente en el horno, con cuidado para que no se muevan las flaneras, ni se llenen de agua. 
11. Hornear a 175 ºC durante unos 30'/40' 

• Durante el horneado, no destapar, ni subir el calor del horno para que el agua no hierva, de lo contrario se formarían burbujas de aire en los flanes, quedando inconsistente y frágiles.
• Sabremos que los flanes están porque al tocarlos, no se pegan en la yema del dedo. 
• Sacar del horno inmediatamente, dejando enfriar los moldes, fuera del agua, sobre una rejilla.
• Tapar con film transparente, una vez fríos, y guardar en el frigorífico, hasta el momento de servir.
• Bien tapados, en el frigorífico se conservan en perfecto estado al menos una semana.

Para el emplatado

1. Sacar los flanes del frío, justo en el momento de servir.
2. Presionar con suavidad, con la yema de los dedos, todo el borde del flan, para que se despegue sin romperse, veremos cómo sube un poco el caramelo.
3. Volcar la flanera, tapándola con los dedos, y ejercer un movimiento seco, se despegará fácilmente, deslizándose en el plato con suavidad.
4. Presentar al gusto, con unas cerezas, unas hojas de hierbabuena y un poco de nata montada tipo Chantilly.