Bocadillo de Corned Beef con Arándanos
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Hoy os enseñaré, no una receta al uso, más bien compartiré una de mis experiencias culinarias, entre singular y extraordinaria, que quizá os pueda interesar. Hace unos días, en una visita al supermercado alemán del que he hablado en alguna ocasión, vimos unas latas de carne en conserva muy bien dispuestas, que llamando nuestra atención, me hicieron recordar cosas, mi ‘santo’ tomó una entre sus manos, mirándola con curiosidad me preguntó si alguna vez había probado este fiambre, que por lo que tengo entendido, está hecho a base de carne de ternera reposada en salmuera y cocinada en cocción lenta, con vinagre, bueno, no sé exactamente cómo se hace, pero el caso es que está buenísimo, al leer que estaba elaborado con un 98% de carne, sin ningún extra añadido, a excepción de sal, al menos en la etiqueta no especifica que lleve nada más, no me pude resistir. Me sorprendió que no lo conociera, pues a mi me transportó directamente a las meriendas de verano de mi niñez. Era una alternativa a otros embutidos, similares como el lomo trufado, de cerdo, que a diferencia del de ternera venía embadurnado en un poco de grasa y envuelto en papel encerado, dentro de la lata, grasa que, sin ser excesiva, quitábamos con el dorso del cuchillo, antes de cortarlo en finas lonchas, aunque mi bocadillo favorito entre todos siempre fue el de salchichón, chorizo y jamón cocido, para mi gusto el mejor trifásico del mundo mundial, nunca dije que no a cualquier otro que llevara un relleno generoso.
Naturalmente eché una lata en la cesta de la compra, con la intención de hacer un bocadillo, aunque una vez en casa, la dejé en sus manos, para que me sorprendiera con algo rico, pues yo aquel día estaba en otras cosas, dándole previamente algunos consejos de cómo cortarlo, como si aquello fuera algo parecido a trinchar un pavo, en mis innecesarias indicaciones, incluso le llegué a explicarle el método de apertura de la lata, como si él no fuera capaz, mientras me miraba con estupefacción, y es que para mi alborozo, la lata incluía una pequeña llave, pegada al fondo, tal como yo lo recordaba, por lo que acabé sacando unas cuantas fotografías, para mostraros un producto que quizá hayáis visto en alguna ocasión y no supierais que hacer con él, por mi parte, no es que vaya a introducirlo de manera habitual en mi dieta, porque muy ligero no es, pero si lo hiciera muy de tarde en tarde, tampoco sería un exceso.
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Corned Beef |
Mi madre lo cortaba en lonchas, y lo metía sin más en una viena ye-yé (un panecillo típico sevillano, que ya no se hace, similar al semmel que utilizo para hacer mi Pane Cunzato) a veces le añadía rodajas de tomate, y sabía a gloria bendita, bueno para mí esto es lo normal, siendo como siempre he sido de buen comer, pero mi ‘santo’ que nunca lo había comido, al menos no lo recuerda, me dijo que lo dejara hacer, señalando la puerta, muy cortésmente me propuso salir de la cocina, pero no le hice caso, pues me olía que dejándolo cocinar a su aire algo riquísimo saldría, ¡si es que es un santo! Ya lo digo yo, porque haciéndome la remolona, cámara en mano y más calladita que en misa, saqué unas cuantas fotografías para dejar constancia de lo que en un voleo, disfrutamos comiendo al mediodía, un impresionante bocadillo Gourmet, preparado de una manera distinta a lo que yo estaba acostumbrada, y sin embargo, me gustó tanto, que por lo fácil y vistoso, además de sabroso, aquí os lo enseño, para que si os apetece, lo preparéis en casa, siendo este un bocadillo perfecto para compartir, puntualmente, en meriendas o cenas informales.
El Corned Beef cuyo origen lo sitúa en Irlanda, está elaborado con cortes de carne, menos nobles, lo que se considera casquería, tales como carrillera, corazón, lengua, etc., por lo que en un principio iba dirigido para consumo, de las clases humildes, aunque debido a su éxito, llegó a ser adquirido por todos los estratos sociales, pasando incluso por la casa de la familia real británica. El Rey Carlos III del Reino Unido, en 1999, siendo aún Príncipe de Gales, en un viaje por Uruguay, país que hizo de este producto algo emblemático de su industria conservera cárnica, tanto para consumo local, como para exportación, declaraba que creció comiendo Corned Beef. Así que este, no sé si será un bocadillo digno de reyes, ni siquiera del de Inglaterra, pero en mi opinión estando extremadamente delicioso, merece la pena tenerlo en consideración.
Comenzamos.
INGREDIENTES (para 2 bocadillos)
- 2 Panecillos de Cerveza
- 6 lonchas de Corned Beef
- 1/2 Cebolla fresca
- 60 g de Arándanos
- c/n de Brandy
- c/n de Salsa Worcestershire
- 6 hojas de Cogollos Roble
- 1 c/s de Aceite de Oliva Virgen Extra
- Sal
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Corned Beef |
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Arándanos |
ELABORACIÓN
- Cortar la cebolla en juliana. Sofreír a fuego lento con un poco de aceite y una pizca de sal.
- Añadir los arándanos y saltear un minuto.
- Verter el brandy y la salsa Worcestershire. Reducir.
- Disponer las lonchas de Corned Beef en la sartén, encima del salteado de cebolla y arándanos, y calentar un minuto.
- Cortar los panecillos por la mitad y calentar en el tostador.
- Cubrir la base del pan, con las hojas de cogollo.
- Disponer tres lonchas de Corned Beef encima de la lechuga.
- Napar con un par de cucharadas de salteado de cebolla y arándanos.
- Tapar con la otra mitad del panecillo.
- Servir acompañado de pepinillos.
- Este fiambre se puede comer frío, tal como sale de la lata, ya que es un producto cocido.

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