Limones Encurtidos

Llevo unas semanas compartiendo recetas, por llamarlas de algún modo, tan superfáciles de elaborar que casi me da pudor publicarlas, pero los que nos dedicamos a enseñar lo que nos gusta cocinar, no debemos olvidar que no todo el que nos visita sabe hacerlo, algunos vienen buscando recetas alternativas para poner algo de variedad en sus menús familiares, quizás muchos otros vengan buscando algo más técnico, como picar una cebolla correctamente, por ejemplo, aunque yo no me dedico a dar clases de cocina, ni lo pretendo, tampoco hacer crítica pero he visto cada vídeo por ahí, que miedo me da contemplar la manera de agarrar el cuchillo, parece una cosa obvia pero en cocina, cómo en todo, tiene su técnica. No es lo mismo para un cuchillo cebollero, que para una puntilla, por no decir un cuchillo de mesa, que hay quien lo utiliza hasta para cortar y picar todo lo que pilla, pero igual quien se dedique a dar explicaciones de cocina en vídeo, lo mínimo exigible es que lo hagan conociendo las nociones más elementales, que no digo yo que ahora todos vayamos a hacerlo como profesionales, puesto que experiencia y práctica son un grado, pero bueno que no me vengan diciendo en algún comentario capcioso que no les gustan mis vídeos de paso a paso fotográficos, porque no hablo ¡Ja, ja, ja...!

No es mi intención hoy inducir ninguna polémica, en este momento de mi vida no tengo cabeza para controversias, sino que al comenzar este post hablando sobre “recetas no recetas” son divagaciones espontáneas de lo que vi consultando cómo preparar Limones Encurtidos, también conocidos como Limones Confitados o Limones Fermentados, en realidad no me ha quedado muy claro cual sería el término correcto, porque desde mi punto de vista serían Limones en Salmuera, pero por aproximación son más un fermentado que un encurtido, ya que no llevan añadido ni especias ni vinagre, aunque he visto algunas versiones con especias, quizás lo adecuado sería llamarlos Limones al estilo Marroquí, ya que es una especialidad de la cocina de Marruecos, mejor lo dejamos en encurtidos para no liarnos.

No los conocía hasta que me enamoraron nada más verlos por primera vez en el blog de mi querida amiga Nuria Eme | El cuaderno de recetas, Nuria hace tiempo dejó de publicar, incluso quitó los comentarios de sus entradas por lo que es imposible contactar con ella, lo he intentado por mail, ya que muchas veces fueron las que nos escribíamos por privado para contarnos cosas, incluso llegó a mandarme una foto de ella con sus hijos, necesitaba verla, me gusta saber con quien hablo aunque sea virtualmente, pero tomó la decisión de desconectar sin decir porqué, dejándonos a sus seguidores blogueros un poco huérfanos de sus magníficas recetas y su manera amena de contarnos sus historias, más que nos duela hay que respetarlo. 

Pero aquello fue allá por el 2015, y diréis que ya me vale, pues he tardado casi seis años en prepararlos, pero este Febrero pasado, estando en plena poda del huerto de mi padre, nos vimos de repente con un montón de limones ecológicos en su punto justo de madurez para consumir, y la verdad era una lástima dejarlos estropear, así que entre los que regalamos, que fueron muchos y los que me quedé para el consumo de casa, no dábamos abasto; pero recordaba aquellos bonitos limones metidos en botecitos, que nuestra Nuria nos enseñaba con todo lujo de detalles y me dije que era el momento de hacerlos, y es que son tan fáciles de preparar que merece la pena el tiempo de espera, que tampoco es tanto, para que estén listos para emplearlos en nuestros platos. 

Antes de ponerme manos a la obra, me empapé de unas cuántas horas de vídeos en YouTube, hay para hartarse, casi todos parecidos, pero no hay dos iguales, quiero decir que como es una cosa tan básica, aquí la imaginación y creatividad del cocinero juega un importante papel, añadiendo en algunos casos especias, incluso hasta aceite de oliva para prolongar su duración. Pero yo me he atenido a la receta de Nuria, que los hizo siguiendo el método tradicional, porque además es que como nunca los he visto en ningún lado, más allá de la blogosfera, tampoco quería arriesgar a añadir cosas que llevaran mi experimento al fracaso.

De momento han pasado tres meses, y ahí sigue mi tarro, sin abrir, en mi despensa, pero en perfecto estado, los limones tienen un color amarillo precioso, y el agua ha adquirido una ligera turbidez amarillenta fruto de la disolución de la sal y probablemente como efecto del jugo de los limones, que no hace sino darles un aspecto mucho más bonito.

Como ya sabéis estos últimos meses han sido difíciles para mí, tenía previsto varias recetas para utilizarlos, pero me ha sido imposible meterme en la cocina para fotografiar platos nuevos para compartirlos, por eso estoy tirando de fondo de borradores, mientras tanto y me voy haciendo a mi nuevo estado de vida, iré compartiéndolas para no dejar de estar activa, espero así me vaya despertando de nuevo la motivación de cocinar nuevos platos para DBM y hacer alguna receta interesante con estos limones, que por los comentarios que tuvieron en Redes cuando los compartí, despiertan bastante expectación.

INGREDIENTES 

• 1 kg de Limones Ecológicos (7 piezas pequeñas)
• 350 gr de Sal gruesa
• 750 ml de Agua
• Un tarro de vidrio, grande con tapa (1l de capacidad)

ELABORACIÓN 

1. Lavar  previamente el tarro de cristal y su tapa, en el lavavajillas a alta temperatura, para esterilizarlo. De no disponer de lavavajillas, esterilizarlo en una olla cubiertos con agua hirviendo durante 10/20 minutos, sacarlo con cuidado y dejarlo secar bocabajo sobre un paño limpio.
2. Lavar y secar los limones. Si no fueran ecológicos, cepillar y lavar en abundante agua con vinagre para quitar todo resto de ceras abrillantadoras.
3. Cortar en cuatro, sin llegar a la base.
4. Cubrir el fondo del tarro con sal.
5. Disponer los limones ligeramente abiertos para que penetre la sal en el interior, cubrir con sal.
6. Verter el agua y tapar el frasco.
7. Agitar para que se mezcle.
8. Reservar en lugar oscuro, fresco y seco.
9. Agitar el tarro una vez al día, los tres primeros días.
10. Dejar en reposo durante un mes, antes de consumirlos.
11. Una vez abierto, reservar en el frigorífico.
12. Sacar los limones del líquido sin tocar los que no vayamos a utilizar.
13. Enjuagar para quitar el exceso de sal.
14. Cortar la piel en tiras finas, y utilizarlas al gusto en tayín, ensaladas, cuscús, guisos de pollo, pescados en papillote, etc.