Canelón de Salmón con Ricotta y Piñones al Azafrán


Comenzamos el mes de diciembre, y casi todos estamos a punto de calentar fogones, para la Navidad. Desde la cocina de nuestra casa, comparto un nuevo plato, que espero os pueda servir, si andáis un poco en blanco, como alternativa para que, llegado el  momento, no os pille sin ideas para barajar, y es que si hay un mes festivo por excelencia en el calendario, sin duda es este, cuando por poco que queramos, aprovechando unos días tan señalados, y en el mejor de los casos, en los que algunos podamos disfrutar de unos días de vacaciones, a ser posible en familia, no hay que descuidar los menús, parte fundamental para que esta no sea una fecha sin más, sino la mejor ocasión para lucirnos en la cocina, haciendo felices a aquellos que se sientan en nuestra mesa.

Quise, con mis Albóndigas de Rape y Setas con Tagliatelle de Boletus, publicadas hace justo un mes, dar el pistoletazo de salida, como avance de cocina navideña, al publicar solo los domingos, me suelo ver apurada y no puedo evitar pensar con anticipación en la que se avecina, por eso no creo que sea demasiado pronto pues al final, no sé qué pasa, pero seguro que a más de uno nos pilla con preparativos a medio hacer. Hoy os enseño una segunda opción que estoy segura os gustará a muchos, son unos canelones para nada convencionales, que he cocinados expresamente para esta ocasión, pero no esperéis una receta extremadamente dificultosa, para nada, porque sin abandonar mi estilo de cocina sencilla, cuidando hasta el más mínimo detalle, eso sí, para que con ingredientes de primera, y sin necesidad de tirar la casa por la ventana, presentemos un plato con muy buena presencia, y lo mejor de todo, puede ser preparado con antelación, para que llegado el momento de sentarnos a la mesa para disfrutar de la comida, al igual que el resto de comensales, minimicemos el tiempo pasado en la cocina, a lo absolutamente imprescindible, saliendo todo perfecto a la mesa.


Para la elaboración de estos ricos canelones, he elegido salmón en dos texturas, por un lado elegí un salmón al natural, en conserva, para el relleno, ya sabéis, similar al atún, y que suelo consumir porque además de ser un producto saludable, bajo en grasa por no llevar aceite, también me facilita el trabajo, aunque si queréis hacerlos con salmón fresco, podéis elegir un buen trozo, sin piel ni espinas, cocinándolo previamente asándolo a la plancha, en sartén o en papillote, que como en más de una ocasión os he contado, es el método que más utilizo, por ser práctico, y minimizar a cero los residuos de olor en la cocina, que siempre es un valor a tener en cuenta, en estos días de fiesta, en los que lo último que deseamos es una casa inundada de olor a pescado asado. Y por otro lado, unas lonchas de salmón ahumado, como base del plato, que una vez servimos el canelón en caliente, adquiere una suavidad exquisita para mi gusto.


Igualmente, si preferís cambiar el pescado, por otro, no seré yo quien os quite la idea, el salmón es un pescado de sabor muy intenso, que no agrada a todo el mundo, por eso recomiendo elegir aquel que más os guste, por ejemplo merluza, bacalao, lenguado o rape, poniendo en la base del plato unas lonchas de bacalao ahumado o anguila ahumada, quedaría riquísimo, hacedlo siempre en función de vuestro gusto y presupuesto, incluso podríamos añadir unos langostinos o gambas, incluso presentarlos sin las lonchas de pescado ahumado, quedaría más sencillo y económico, pero también buenísimo.

Y si no queremos poner pescado, pues siempre hay a quien no le gusta, una alternativa sería hacerlos con pechuga de pollo asada, a la plancha o en horno, y para ir en consonancia cambiaríamos la base, de salmón ahumado, por unas lonchas de pechuga de pavo braseada, solo imaginarlo se me hace la boca agua, en fin, la cuestión es que el plato resulte siempre al gusto del comensal, sin que nos provoque un terrible dolor de cabeza, si no lo tenemos en cuenta.

Por último, para que el plato tuviera un punto de distinción, quise poner una nota de color a la salsa bechamel, añadiendo unas hebras de azafrán, que no solo aporta sabor, sino un bonito color amarillo, además de un toque aromático muy cálido y reconfortante, a un plato que por sí mismo llenará la mesa de sencillez y elegancia.
Comenzamos.


INGREDIENTES
Para los Canelones
  • 8 Placas de Lasaña, sin cocción
  • 240 gr de Salmón al Natural, en conserva
  • 200 gr de Ricotta
  • 40 gr de Piñones
  • ½ Kg de Hojas de Acelgas Ecológicas (o Espinacas), cocidas y escurridas
  • 1 Cebolla pequeña
  • Aceite de Oliva Virgen Extra
  • 120 gr (4 lonchas) de Salmón Ahumado
  • 50 gr de Queso Gouda rallado
  • Unas hebras de Azafrán
  • Eneldo
Para la Salsa Bechamel al Azafrán
  • ½ l de Leche Desnatada
  • 30 gr de Harina
  • 30 gr de Mantequilla
  • Unas hebras de Azafrán
  • Sal y Pimienta

Canelón de Salmón con Ricotta y Piñones al Azafrán | Presentación en plato individual

Canelones de Salmón con Ricotta y Piñones al Azafrán | Presentación en cazuela

ELABORACIÓN
  1. Hidratar las placas de lasaña, durante 10 minutos aproximadamente, en una bandeja cubiertas con abundante agua hirviendo.
  2. Una vez hidratadas, disponerlas sobre un paño limpio y secarlas.
Del Relleno de los Canelones
  1. Cocer las hojas de acelgas, cortadas, en abundante agua con una pizca de sal, durante cinco minutos. Escurrir y exprimir con el dorso de una cuchara, para que queden lo más secas posible.
  2. Picar en brunoise la cebolla y sofreír en un poco de aceite, cuando esté tierna, añadir las acelgas y saltear.
  3. Añadir los piñones, el salmón al natural desmigado y el queso Ricotta. Mezclar. Apagar el fuego.
De la Bechamel
  1. Poner la mantequilla en un cazo. Cuando se funda, añadir la harina y hacer un roux.
  2. Verter la leche y batir para que no se formen grumos, con una varilla de repostero. Salpimentar y añadir unas hebras de azafrán.
  3. Cocinar a fuego lento, removiendo continuamente para que no se pegue al fondo del cazo, hasta conseguir una crema fina y densa. Rectificar de sal si fuera necesario.
Relleno y Presentación de los Canelones
  • Del emplatado individual
    1. Disponer un par de cucharadas generosas, del relleno, en el extremo de una placa de lasaña, previamente hidratada o cocida.
    2. Enrollar sobre sí misma, dando forma al canelón.
    3. Extender una loncha de salmón ahumado, en el centro del plato.
    4. Disponer un canelón, sobre la loncha de salmón, cuidando que el pliegue del cierre quede debajo, para que no se abra.
    5. Napar el canelón con un poco de salsa bechamel.
    6. Espolvorear con un bouquet de queso gouda rallado.
    7. Gratinar en el horno, 3 minutos | 180 ºC
    8. Disponer unas hebras de azafrán, sobre el canelón.
    9. Espolvorear el plato con un poco de eneldo.
  • De la presentación en cazuela
    1. Cubrir el fondo de la cazuela con las lonchas de salmón, cortadas en tiras.
    2. Disponer encima los canelones, tantos como quepan en la cazuela, en mi caso, tres.
    3. Cubrir con la salsa bechamel.
    4. Espolvorear con el queso gouda rallado.
    5. Gratinar en el horno, 5 minutos | 180 ºC
    6. Espolvorear con eneldo, antes de servir.
Sugerencias y recomendaciones
  • Si optamos por la presentación individual, el canelón irá con un poco más de cantidad de relleno, para que resulte perfecto como primer plato, a un menú completo.
  • Si lo hacemos en cazuela, podemos optar por cazuelas individuales, como en mi caso, disponiendo dos o tres canelones, por comensal. En este caso, llevarán un poco menos de relleno, para que no resulten excesivamente grandes.
  • Si en lugar de utilizar salmón al natural, en conserva, quisiéramos utilizar salmón fresco, habría que trocearlo a cuchillo para cocinarlo junto al salteado, o bien podemos cocinarlo previamente, ya sea a la plancha, asado, en papillote, al microondas o cocido, y añadirlo al salteado de espinacas, del mismo modo que con el salmón al natural.












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