Salmorejo de Calabacín

Hoy quiero enseñaros algo muy ligero y refrescante, un delicioso Salmorejo en versión propia, elaborado con los primeros Calabacines Ecológicos del Huerto de mi Padre.

Seguramente cuando veáis esta receta, pensaréis que no es ninguna novedad, pero para mí si lo es, es la primera vez que lo cocino y también la primera vez que lo como, ni siquiera lo he visto ni probado en ningún sitio cuando he salido a comer fuera de casa. Y todo fue tener este hermoso calabacín entre mis manos, y desear de inmediato comerlo crudo, no imagináis lo bien que huele un calabacín recién cortado de la mata, es una sensación fresca que te hace la boca agua, y la mente se activa deseando cocinarlo de inmediato.

Berenjenas Blancas, Berenjenas Negras, Calabacín Verde del huerto de mi padre

Eso fue el viernes pasado por la mañana, y en cuanto llegué a casa, me puse a hacerlo, para almorzar. Aunque era un poco tarde, como estaba sola para comer, no tuve problema en enfriarlo, una vez realizado metí un bol en el congelador, y en menos de media hora estaba a la temperatura perfecta, y yo sentada, disfrutando, más feliz que una perdiz.

El resto lo guardé en ese frasco en el frigo, tiene su propia tapadera y al ser de boca ancha, cabe perfectamente el cacillo sin necesidad de trasvasarlo a otro recipiente para servirlo; por la noche para cenar, lo compartí con mi Santo, estaba muchísimo más bueno, y  ¡vaya si le gustó! tanto que si me descuido, me quedo sin probarlo, ¡Ja, ja, ja!

Para hacerlo, no he seguido ninguna receta, simplemente he seguido las mismas pautas que sigo para hacer un buen Gazpacho, sencillamente cambiando tomates y pimiento rojo, por calabacín y pimiento verde, sin añadir agua para conseguir la textura y cremosidad perfectas, idénticas a la que debe tener un Salmorejo, imprescindible un buen pan de miga blanca, no pasarse con el ajo, mejor poco, que en exceso, y jamás poner cebolla porque se vuelve agrio.

Lo presenté así en vasitos de tamaño pequeño, porque es ideal para servir en buffets como aperitivo, no he añadido ningún tipo de guarnición ya que según mi criterio, no es necesario, el sabor es tan suave y sedoso que cualquier cosa añadida extra, sería desvirtuar el sabor de lo auténtico.

Bien, una vez preparado, cocinado y fotografiado, recordé que hacía años que mi amiga Elisa había hecho un Gazpacho de Calabacín con Queso de Cabra que me encantó, y que mi hermana Pilar se llevó a La Olla Vegetariana su Gazpacho de Calabacín pero que yo no llegué a cocinar nunca, ya sabéis que esto de bloguear es lo que tiene, vas dejando recetas en pendientes, y al final es imposible hacerlo todo. Pero quizás mi subconsciente siempre alerta, tenía guardadas ambas recetas, cómo si las acabara de leer, ya que se parecen casi como dos clones, pero os prometo que yo lo hice al voleo, y de nuevo aquí hago "alarde" de mi constante improvisación que me lleva a corroborar que con buena mano y un poquito de lógica, no hay plato malo.

Si os  apetece ver cómo se hace, os lo cuento a continuación. Comenzamos.

INGREDIENTES

• 1 Calabacín Verde Ecológico (750 gr limpio, sin piel ni pepitas)
• 1 Pepino (200 gr limpio, sin piel ni pepitas, si las tuviera)
• 2 Pimientos Verdes, pequeños limpios y sin semillas
• 80 gr de Pan Blanco, asentado
• 1 diente de Ajo, pequeño, pelado y sin el brote (si lo tuviera)
• 100 ml de Aceite de Oliva Virgen Extra
• 2 c/s de Vinagre de Manzana
• 1 c/p de Sal

ELABORACIÓN

1. Lavar y secar el pepino, pelar con ayuda de un pelador. Trocearlo y ponerlo en el vaso de la batidora.
2. Limpiar y quitar las semillas a los pimientos, trocearlos y añadirlos al vaso.
3. Pelar el ajo (si es muy grande añadir solo un trocito del tamaño de una judía) y añadirlo al vaso.
4. Trocear el pan y añadirlo igualmente.
5. Lavar, secar, pelar y trocear el calabacín y ponerlo en el vaso de la batidora.
6. Añadir la sal, el vinagre y el aceite.
7. Tapar la jarra y triturar hasta obtener una pasta fina y homogénea.

• Probar y si fuera necesario, rectificar de sal, vinagre y/o aceite.
• Si está bien triturado no será necesario pasar por el chino, porque quedará con una textura fina y sedosa sin fibras, pero es cuestión de gustos.
• Traspasar a un recipiente de cristal y taparlo, enfriar bien en el frigorífico hasta el momento de servir al gusto.