Risotto de Tomate al Aroma de Albahaca

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De pequeña vivía en una casa, en la que el patio colindaba con los de los vecinos, apenas estaban separados por un muro de no más de un metro de altura, por el que podíamos pasar de una casa a otra sin dificultad, pero aun así, ninguno quebrantaba la privacidad de los demás.

Recuerdo como intercambiábamos, lo que se tenía, que si unas aceitunas recién aliñás, que si unos añejos para el puchero; mi padre se tomaba los domingo al mediodía, una copita de vino "Patacabra" de Espartinas, con José, nuestro vecino, y en el muro a modo de mesa ponían unas tapas de queso o chorizo de la matanza de su pueblo. A mi vecina Isabel, le gustaba el pan "pringao", unas ricas rebanás de pan frito que mi madre hacía los sábados para desayunar, ella entraba a mi casa, como si de la suya se tratara para tomárselas con el café recién hecho, pasándolas por un platillo que se ponía en el centro de la mesa, con azúcar y canela. Mi vecina Rafaela tenía 10 o 12 hijos, y uno de ellos trabajaba en las arrocerías Herba, ubicadas en mi pueblo San Juan de Aznalfarache. A veces, el salario incluía una parte en especie, es decir que le daban sacos de arroz, y como era tanta cantidad con la que se juntaba, lo compartía con las vecinas.

Por aquel entonces, yo era fácilmente impresionable, y me fascinaba ver como en la tele salía el anuncio del famoso arroz La Cigala, "el arroz de tus éxitos" decía el eslogan, que yo sentía como si fuera algo nuestro, ¡sería yo inocente!, si en casa lo comíamos, era porque mi madre lo compraba, o porque mi vecina nos lo regalaba de vez en cuando, igual nos hubiera dado que hubiera venido de Asia, ja, ja, ja... Pero eso no importaba, lo que me gustaba era que el arroz siempre salía riquísimo, y que según mi madre, era gracias al "salero" que teníamos fabricando arroz.

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Hoy os enseño un delicioso Risotto cocinado con la variedad de arroz italiano Carnaroli, un arroz de grano blanco perlado, perfecto para este tipo de arroces cremosos, el grano absorbe todo el sabor, quedando suelto y tierno, sin pasarse.

Durante un viaje que hicimos hace unos años por Italia, en una visita a Capri, comimos en un restaurante donde pedimos un arroz a la marinara, nos sirvieron una cazuela de arroz con tomate, que a mí me recordaba a los que cocinaba mi madre, y estaba de escándalo. Lo único que lo diferenciaba con el de mi madre era que ella le ponía perejil, y el que nos sirvieron llevaba unas hojas de albahaca por encima, aromatizándolo con un toque fresco, que hacía que cada cucharada fuese un goce infinito.

El Risotto que he cocinado hoy, es mi tributo a aquellos arroces en los que me he inspirado, y que tan buenos recuerdos me traen. En fin, de cualquier modo, el arroz es un básico imprescindible, al que recurro casi cada día, si por mí fuera lo comería a todas horas, de día y de noche, todos me gustan.

No sé las veces que os habré dicho lo que me gusta el arroz, y que tengo una remota, pero muy remota sospecha de haber sido asiática en una hipotética vida anterior, y es que me gusta con locura; no creo que exista ninguna posibilidad, pero a mí me agrada imaginar que a lo mejor si lo fui, de otro modo no le encuentro explicación posible a mi desenfrenada pasión arrocera, ¡quién sabe!, a lo mejor tengo por ahí algún antepasado chino, y yo sin enterarme 😅
Espero que os guste, y que lo disfrutéis tanto como yo.


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INGREDIENTES
  • 200 gr de Arroz Carnaroli
  • 400 gr de Tomate Natural Troceado, en conserva
  • 1/2 Cebolla
  • 1/2 Pimiento Rojo
  • 1 Pimiento Verde
  • 2 dientes de Ajo
  • 50 gr de Grana Padano
  • 1 l de Caldo de Verduras
  • Albahaca fresca
  • Aceite de Oliva Virgen Extra
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ELABORACIÓN
  • Picar la cebolla finamente, y sofreírla en una cazuela con un poco de Aceite de Oliva Virgen Extra.
  • Lavar y picar el pimiento rojo y añadirlo a la cazuela.
  • Lavar y picar el pimiento verde y añadirlo a la cazuela.
  • Sofreír.
  • Quitar la piel a los ajos, prensarlos y añadirlos al sofrito.
  • Una vez dorados, añadir el tomate troceado.
  • Dejar reducir el sofrito, antes de añadir el arroz, remover para que este se impregne bien con el fondo de la cazuela.
  • Calentar el caldo previamente, y verter pequeñas cantidades poco a poco, removiendo constantemente, para que suelte el almidón y quede cremoso.
  • Dejar que se consuma casi todo el caldo antes de añadir un poco más.
  • Continuar así, durante unos 18 o 20 minutos. Cocinando a fuego suave.
  • Añadir el queso rallado, un minuto antes de terminar la cocción. Remover y rectificar de sal si fuera necesario.
  • Servir con unas hojas de albahaca por encima.
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De Buena Mesa



Quiero agradeceros vuestro paso por este rinconcito de mi cocina.
Todo lo que comparto con vosotros lo hago con agrado, y siempre pensando en haceros la vida lo más feliz posible.
¡¡Gracias!!







Comentarios

  1. Concha, sin contestar aún a los comentarios de mi blog me he venido rápido para enterarme de tu viaje o vuestro viaje a Italia, ¡mira qué escribes bien! Este relato me ha hecho acordar a una famosa escritora italiana, Natalia Ginzburg en su “Lessico famigliare” (maravilloso libro y que no sé si está traducido al español), que era capaz de hacerte ver el patio, los platillos sobre el muro, esa vecina sencilla entrando en tu casa y compartiendo café y pan frito en vuestra cocina....y tu padre y su vecino tomando su copita de vino y aceitunas... lo he visto todo.

    Besos e il tuo risotto buonissimo anche deve essere molto saporito. Lo farò senza dubbio. .

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    1. Patty, a volte, nei miei commenti, mi affretto a scrivere, sono più leggero di una penna su un foglio bianco, Ah ah ah! Magari!
      Muchas gracias Preciosa, viniendo de ti siento una enorme satisfacción.
      Besos

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  2. Dos ingredientes que casan de maravilla la albahaca y el tomate. JUnto con el arroz un plato de sobresaliente, un beset

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