Mermelada de Arándanos


Mi desmesura culinaria, no tiene remedio, ¡qué le voy a hacer! Pero es que cuando algo me gusta, no tengo límites. Os cuento: El otro día, mi “santo” y yo, fuimos al supermercado a por un par de cosas que necesitábamos, sin pensar en traer nada más, tanto es así que ni siquiera llevábamos bolsas de la compra reutilizables, tan solo un par de talegas que bien plegadas suelo guardar en el fondo del bolso para un “por si acaso”, y menudos por si acaso los míos, ¡Ayomá! Sabiendo lo que me pasa, no sé como sigo cayendo en las mismas. 

Resulta que se me puso delante, la encargada de la frutería, que después de tantos años siendo clientes y sin que yo le haya dado confianzas, pero a cortés y atenta, no hay quien le gane, se ve que conoce nuestros hábitos de compra, y tentándome con unas cuantas cajas de arándanos extraordinarios, que acababa de poner en oferta, va y me dice: 

—«Parece que os estaban esperando, porque justo acabamos de bajarlos de precio».

Y claro, una (o sea, yo) que es “pecadora” por intervención divina, y en cuestiones de arándanos, no reparte peras con nadie, no pudo resistirse, echando nada más y nada menos que tres cajas al carro, no sé porqué, pero cuando de ofertas se trata, aunque no estén en un tres por dos, suelo comprar de tres en tres, especialmente cuando considero que el producto en cuestión está a buen precio, manías que tiene una al hacer la compra, y más no, porque me contuve, pero ganas no me faltaron, ¡ja, ja, ja…! Tendríais que haberme visto, pletórica de felicidad, como si me los estuvieran regalando y eso que de baratos tenían poco, ¡en fin! A otra cosa, mariposa.

Arándanos

Mi “santo”, que me conoce como a la palma de su mano, sin decir ni “mú” me miraba atentamente al ver mi reacción, bueno algo sí que apostilló, mudito tendría que ser para quedarse callado, pero cuando me vio en acción, va y me dice:

—«¡Hala! Echa tú ahí arándanos».

Aunque sin reprenderme, si noté un tonito de leve sorna, ¡Ay, Dios!, ¡ja, ja, ja...! Seguro pensó que algo rico haría con ellos, es que en las cosas del comer no suelo dar puntada sin hilo y cuando traigo algo en cantidad considerable, siempre le doy buen uso, ya que no me gusta que nada se estropee, sería una locura, y mucho más si son arándanos, ¡con lo que me gustan!, pero también porque sabe que suelo hacerlo cuando alguna idea ronda en mi cabecita pensante.

Así que no andaba muy lejos, pues inmediatamente me puse manos a la obra para preparar mermelada, ya que estamos en otoño y en cuanto refresca un poco, hacer mermelada es lo que me pide el cuerpo, obviamente también porque la de arándanos es mi preferida, y como la que tengo publicada desde diciembre de 2019, es mi deliciosa Mermelada de Membrillo y Arándanos, hace unos días que no dejaba de pensar en que ya tocaba hacer una de las básicas imprescindibles, al menos para mi gusto, que resulta perfecta, tanto en postres, desayunos y meriendas, con tostadas, ideal como relleno de bizcochos o cobertura de tartas, además de maridar perfectamente con quesos y carnes asadas, así que aquí os la dejo, para quien desee probar una mermelada casera, sencillamente deliciosa.
Comenzamos.


INGREDIENTES 
  • 700 g de Arándanos 
  • 350 g de Azúcar 
  • 1 Limón Ecológico 
  • 4 Tarros de vidrio de 200 ml

Limones ecológicos

ELABORACIÓN 
  1. Lavar los arándanos, varias veces, para retirar las impurezas. Escurrir.
  2. Disponerlos en una olla junto con el azúcar.
  3. Lavar el limón y exprimirlo.
  4. Añadir el zumo de limón a los arándanos. Mezclar.
  5. Encender el fuego, y sin dejar de remover, llevar a ebullición.
  6. Cocinar 10 minutos a fuego fuerte, removiendo de vez en cuando.
  7. Terminar la cocción, durante 10 minutos más, aproximadamente, o hasta que la mermelada adquiera la consistencia adecuada. Para comprobar el punto, sobre el dorso de una cuchara, pasar el dedo, y si se queda marcado, estará lista.
  8. Mientras tanto, disponer los frascos de vidrio en abundante agua, en una cacerola al fuego, cuando alcance el punto de ebullición, hervir durante 10 minutos.
  9. Sacar los tarros, con unas pinzas, con cuidado de no quemarnos, y disponerlos bocabajo sobre un paño limpio, para que se sequen, junto con las tapaderas.
  10. Una vez lista la mermelada, y aún hirviendo, rellenar los frascos con cuidado, dejando un centímetro hasta el borde.
  11. Tapar inmediatamente e introducir los frascos en la cacerola con agua caliente, en la que pondremos un paño, en el fondo, para evitar que los frascos se rompan durante la cocción.
  12. Llevar a ebullición y cocer dentro durante 10 minutos, para conseguir la esterilización perfecta. 

Mermelada de Arándanos 

Mis Consejos y Recomendaciones
  • Durante el proceso de esterilización, oiremos un sonido suave (plof) cuando el frasco haga el vacío, eso indica que el vacío se ha hecho correctamente.
  • Dejar los frascos dentro de la cacerola, hasta que el agua esté completamente fría, para evitar con los cambios bruscos, una rotura accidental.
  • Una vez secos y limpios los frascos, manipularemos con cuidado, y etiquetaremos para saber la fecha de elaboración.
  • Guardar en sitio oscuro, fresco y seco, evitando golpes y esperar al menos quince días, antes de consumirla, si no ha habido contaminación cruzada con ningún tipo de bacteria, y el envasado se ha hecho correctamente, la conservación será de unos doce meses, o más si se guarda en el frigorífico.














Comentarios