Sopeao

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Hoy vengo con un plato de cuchara de los de toda la vida, El Sopeao un plato de esos que cuando yo era chica, mi madre cocinaba en verano por la mañana temprano, para que al mediodía estuviera bien fresquito, servido en el mismo lebrillo de barro donde se hacía y que nosotras disfrutábamos comiendo en unos bonitos cuencos de cerámica pintados a mano, todos distintos (el mío era blanco con florecitas rosas y verdes, ¡precioso! jamás lo olvidaré) y que mi madre nos tenía reservados para cada una el suyo. Lástima que con el paso del tiempo no los hemos conservado, pero lo que sí he rescatado de la cocina de mi madre, es su lebrillo, una pieza de alfarería tradicional de Lebrija, y que cuenta con más de 60 años, así como la maja del mortero, pertenecía al ajuar de mi madre, y ambos lo guardamos como oro en paño.

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El Sopeao es un plato de la cocina tradicional de Sevilla, se hacía con los tomates maduros y sabrosos de la cosecha de verano, aunque también en invierno se hacía añadiendo un poco de pimentón para contrarrestar el sabor más insípido de los tomates de invierno.
Su base es como la de un gazpacho, al que se le añade pan a trozos, y un acompañamiento que iba en función de lo que se tuviera en la despensa. Lo natural era ponerle verduras de temporada, unas tiras de pimiento, o unas cebolletas, o también unos rábanos pequeños. En el mejor de los casos, se acompañaba de huevos cocidos y un poco de melva, eso era solo en días señalados.

Antiguamente eso de compartir plato, era muy común en algunas casas, el lebrillo se rodeaba de cucharas, una por comensal, y a la voz de ¡Cuchará y paso atrás! todo el mundo se arrimaba por turnos para comer a partes iguales. 
Actualmente no es lo habitual, lo más que se comparte son las ensaladas, al menos en mi casa siempre las hago individuales, y si las presento en un bol o ensaladera grande, pongo cubiertos y platos para que cada cual se sirva la cantidad que desee, por si hubiera alguno con reparos a la hora de comer en el mismo plato que los demás.

Espero que a mi querida Victoria Eugenia le guste mi manera de cocinarlo, ella lo ha descubierto este verano, y lo hace con su máquina, que le da una textura completamente distinta pero seguro que igualmente deliciosa, por eso no hay quién se resista a un buen cuenco bien fresquito lo hagamos como lo hagamos. Así como también deseo que os guste mi Sopeao, un plato lleno de historia, y que en nuestra casa desde que apareció la famosa túrmix allá por los '70 (¡¡bendita sea la batidora, y el sabio que la inventó!!), quedó relegado a ser cocinado de tarde en tarde por mi hermano que es un cocinillas y le encanta hacerlo de vez en cuando, siendo sustituido por un buen Gazpacho "migao" con su guarnición, o Gazpacho al tinguiringui, que no era otra cosa que mi Pepita compartiera su cuenco con mi Carmen o conmigo (que eramos las más chicas de la casa), y nos "peleábamos" por ser la elegida del día 😋 viendo a la otra resoplar enfurruñada por no haberle tocado el turno 😂
¿Os apetece saber cómo se hace? Pues vamos a cocinarlo, comencemos.



INGREDIENTES
  • 1 kg de Tomates Rojos (carnosos y maduros)
  • 1 diente de Ajo pequeño
  • 1 Pimiento Verde
  • 1 Pepino
  • 1 Bollo de pan asentado (del día anterior)
  • 1 c/s de Sal
  • 20 cl de Vinagre de Jerez 
  • 50 ml de Aceite de Oliva Virgen Extra
  • 100 ml de Agua
Para la guarnición (ingredientes y cantidades al gusto)
  • Pimiento verde en tiras
  • Huevo duro
  • Lomos de Melva Canutera en Aceite de Oliva
  • Lomos de Bonito de Vientre Rayado en Aceite de Oliva
  • Pepino picado
  • Cebolleta fresca picada
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ELABORACIÓN
  1. Lavar los tomates y pelarlos (si están muy maduros se quitará la piel fácilmente, de lo contrario escaldarlos un minuto en agua hirviendo, refrescarlos en agua fría)
  2. Pelar el ajo (si es muy grande poner solo la mitad para que no domine el sabor) y trocearlo. Ponerlo en el fondo del lebrillo con la sal.
  3. Con la maja de madera, machacar hasta que se forme una pasta fina.
  4. Añadir el pimiento limpio y sin semillas, troceado y machacarlo hasta que se forme una pasta de color verde (cuanto más pequeño lo piquemos, más fácil será majarlo)
  5. Añadir el pepino picado y machacarlo hasta que quede bien fino.
  6. Añadir poco a poco los tomates, e ir machacándolos lo máximo posible, es recomendable que están muy maduros, y sean de una variedad carnosa y con pocas semillas o lo más finas posible, ya que no se triturará, ni colará por el chino.
  7. Cuando hayamos majado los tomates, tendremos una pasta fluida a la que añadiremos el aceite, poco a poco, mientras removemos con la maja para que emulsione y se mezcle con las verduras.
  8. A continuación añadir el vinagre, en la cantidad deseada, rectificando de sal, si fuera necesario.
  9. Verter el agua muy fría y remover.
  10. Trocear el bollo con las manos (esto es fundamental para conseguir la textura adecuada, no utilizar el cuchillo para cortarlo) y añadirlo al lebrillo. Presionar ligeramente con la maja, sin remover. Tapar y reservar en el frío hasta la hora de comer.
  11. Servir con la guarnición deseada, que siempre será facultativa.
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Espero que os haya gustado, y que no os marchéis sin dejar un comentario con vuestra opinión o sugerencia. ¡¡Gracias!!

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